Opinión
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Los de abajo

Las niñas de Guatemala

G

racias al trazo y al color de 41 artistas, ahora ellas tienen nombre y rostro y en carteles circulan por muchas partes del mundo. En Francia, Grecia, Rusia, Italia, Argentina, Brasil, México y decenas de países más, las niñas de Guatemala asesinadas por el Estado el pasado 8 de marzo son reivindicadas por quienes exigen justicia. El incendio en el que fallecieron no fue un accidente, murieron a causa de un fuego que no se quiso apagar. Les gritaron que así como eran buenas para escaparse, fueran buenas para aguantarse. Y una a una fueron cayendo producto de la intoxicación y las llamas.

El crimen de Estado que se cometió en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción no debe quedar impune. Las niñas y adolescentes deben ser recordadas como unas guerreras que fueron asesinadas por buscar mejores condiciones de vida, por denunciar los maltratos y las violaciones de las que eran víctimas en un lugar que tenía la obligación de cuidarlas. No se fugaron de una cárcel. Huyeron de las violaciones a sus derechos humanos que se cometían todos los días.

¿Quiénes son culpables? Son culpables, responde el portal guatemalteco Nómada, quienes les daban de comer gusanos para robarse el dinero de la comida, quienes las violaban, quienes contrataron a una empresa que trafica armas para cuidarlas, quienes les abrieron las puertas con el fin de que se fueran para acusarlas de fuga, quienes las encerraron bajo llave, quienes no abrieron la puerta cuando se estaban quemando, quienes las siguen cuidando.

Tres meses después prevalece la impunidad. Nadie está siendo procesado por asesinato, desaparición forzada y tortura, como exigen los abogados. Y sólo a Carlos Rodas y Anahy Keller, ex secretario y ex subsecretaria de Bienestar Social, y Santos Torres, ex director del Hogar Seguro, se les sigue un proceso jurídico por incumplimiento de deber, abuso de autoridad, maltrato contra menores de edad y delito de lesiones graves. Y nada sobre las denuncias que las llevaron a amotinarse el 7 de marzo ni sobre las consignas que gritaron durante su protesta: Viólennos aquí, delante de todos. Vengan a violarnos pues, si eso quieren otra vez.

Tres meses y nada contra quienes las encerraron en un aula de 45 metros cuadrados. Nada contra quienes se negaron a abrir el aula mientras las consumía el fuego.

Ante la impunidad y el oprobio del Estado guatemalteco, la comunidad internacional responde con movilizaciones. En Francia, por ejemplo, se integró el colectivo Las 56 niñas du Guatemala, elles brûlaient pendant que nous marchions (Las 56 niñas de Guatemala se quemaban mientras marchábamos), mientras en Argentina se dedican jornadas enteras a la denuncia y la exigencia de justicia. De colores y sonrientes son dibujadas. Así deberían ser recordadas, pues no debieron ser maltratadas, violadas y asesinadas.

www.desinformemonos.org