Frenar a AMLO desde el Edomex
Campaña contra Delfina
Sigue Reynosa ardiendo
Puebla: militares contra civiles
a bien abastecida campaña contra Delfina Gómez Álvarez, la candidata del partido Morena a gobernar el estado de México, es una confirmación de que el grupo mexiquense que ejerce actualmente el poder federal, y el del propio estado en mención, está dispuesto a utilizar los recursos que sean necesarios para frenar, desde esa entidad tan altamente simbólica, el paso de Andrés Manuel López Obrador, hasta ahora puntero en todas las encuestas de opinión y beneficiario justamente de los continuos errores graves de sus opositores.
El enfoque de devastación política que está usando el sistema contra la profesora Delfina tiene consecuencias que van más allá de la figura e intereses de la propia Gómez Álvarez, una figura con presencia en Texcoco como parte del grupo caciquil que encabeza Higinio Martínez, actual presidente municipal que, en su momento, descubrió
y ha promovido a la ahora candidata a suceder a Eruviel Ávila. Iría contra la intención original de lo que es el partido Morena que se pretendiera disminuir la gravedad de lo que hasta ahora se ha documentado: el descuento de un porcentaje del sueldo de trabajadores de ese municipio mexiquense, supuestamente por su voluntad, para destinarse al Grupo de Acción Política, cuyo jefe es Higinio Martínez, y, luego, el manejo irregular del fondo de ahorro de esos mismos empleados.
En estricto sentido, las evidencias hasta ahora disponibles muestran irregularidades en el manejo de las cuentas durante el tiempo en que la profesora Delfina ocupó la presidencia e Higinio Martínez colocaba familiares y allegados en puestos clave de control de la operación municipal. Pero no es la única irregularidad evidente ni la más grave y, sin embargo, los esfuerzos periodísticos desde la capital del país se centran en el episodio de Delfina, sin reparar en el denso material de trabajo que ofrecen los candidatos Del Mazo y Josefina Vázquez Mota.
Al primo se le arrimó de manera impúdica el apoyo del aparato federal, con visitas de miembros del gabinete peñista en plan de Santa Clos primaveral, repartiendo y prometiendo cuanto hiciera falta, en una evidente utilización de recursos públicos para promover desde actos oficiales, aparentemente apartidistas, el funcionamiento del aparato electoral priísta que requiere de dádivas masivas para comprometer el voto de electores así cautivos.
La panista Vázquez Mota, por su lado, aún no informa a detalle de la manera en que utilizó más de mil millones de pesos que de manera sugestiva puso a su disposición su anterior contrincante electoral, Peña Nieto. En diversas entrevistas, Vázquez Mota ha alegado que todo está en orden, que la Auditoría Superior de la Federación ya ha aclarado todo (lo cual es falso: sólo hubo un primer acercamiento a los documentos disponibles, en los cuales ya se encontraron irregularidades serias) y que, en realidad, lo que se busca con esas acusaciones es dañarla políticamente.
La metralla política, sin embargo, va más allá de las incidencias específicas del proceso electoral mexiquense, donde la profesora Delfina se mantiene en lo alto, virtualmente empatada con el primer primo del estado, Alfredo del Mazo Maza, el priísta designado por Los Pinos para continuar con la hegemonía partidista y grupal al costo que sea. En otra entidad, el poder peñista podría aceptar la irrupción de la fuerza morena y aceptar una derrota electoral. Pero no en el estado de México y no solamente porque un familiar esté en la competencia. La esencia de la batalla por el Edomex está en el 2018, pues una derrota del PRImazo y su promotor pinolero sería una señal difícilmente reparable de que no podrá continuar en el poder ese grupo pintado de tres colores. Y, en sentido contrario, un triunfo de Morena parecería abrir escandalosamente las puertas de Palacio Nacional para el tabasqueño que va por su tercera candidatura presidencial.
Es necesario, sin embargo, advertir que la desesperación política del régimen permite entrever ánimos descontrolados en la cúpula del poder federal, donde pareciera que se desea mandar desde el estado de México el mensaje de que el priísmo se sostendrá en el poder a como dé lugar, ensayando en esta entidad emblemática las peores armas que, potenciadas, se pretenderá usar en 2018 (hay signos preocupantes, aún de origen desconocido, como la aparición de mantas con amenazas de presuntos grupos del crimen organizado).
Reynosa se está convirtiendo en la más contundente de las demostraciones de que los gobiernos están rebasados por los grupos criminales. Hasta el momento de cerrar la presente columna, no había autoridad que pudiera regresar a esa ciudad tamaulipeca cuando menos a los niveles de inseguridad acostumbrados hasta antes de los recientes enfrentamientos entre grupos delictivos y de éstos contra policías y militares. Durante más de dos días, en esa población fronteriza se ha vivido una violencia extraordinaria, con los habitantes sumidos en el terror y las autoridades gubernamentales en la rutina que causa algunos muertos a los presuntos delincuentes
, que hace rondines y que acepta, en los hechos, la candente realidad como algo casi normal.
En Puebla se han producido enfrentamientos entre civiles y militares luego de que éstos actuaron contra presuntos ladrones de combustible (huachicoleros, se les llama) en el municipio de Palmar de Bravo. Cuatro militares fueron muertos, además de seis presuntos delincuentes, entre ellos una mujer
, según el reporte vespertino difundido por Afp. La reacción militar ha sido vigorosa: mil elementos desplegados y dos helicópteros. Pero, sin perder de vista la existencia de organizadas bandas de robo de combustible, resulta muy preocupante ver a soldados en faena de combate contra civiles.
Y, mientras familiares de los 43 exigen a la PGR que informe sobre los avances en las investigaciones de la responsabilidad criminal del protegido funcionario Tomás Zembrón, el sembrador del único resto óseo a partir del cual se montó la verdad histórica
, ¡hasta el próximo lunes!
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