La comunidad intermacional condenó de manera unánime la explosión en un tren del Metro en San Petersburgo. Desde Washington, el presidente estadunidense, Donald Trump, se limitó a calificar el ataque de una cosa absolutamente terrible; los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, la jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini y la Organización del Tratado del Atlántico Norte enviaron por separado sus condolencias a Moscú. El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas condenó en los términos más enérgicos posibles la agresión, y el Ministerio del Interior de Francia reforzó las medidas de seguridad en el transporte público en París.