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Este es nuestro territorio y lo queremos sin divisiones, afirman

Miembros de la etnia tohono o’odham de EU levantan su voz contra el muro
 
Periódico La Jornada
Jueves 30 de marzo de 2017, p. 15

En la ardiente arena del desierto ubicado entre México y Estados Unidos, los amerindios tohono o’odham cantan y danzan invocando a su tótem, el águila, contra el muro fronterizo que pretende construir el presidente Donald Trump y que partiría en dos sus tierras ancestrales.

Este es nuestro territorio y lo queremos sin muros, clama Alicia Chuhuhua, de 80 años, representante del consejo supremo de la tribu.

Su rostro se frunce mientras lanza su discurso de protesta, entre una bandera de México y otra de Estados Unidos izadas para la ocasión.

En su lengua autóctona explica cómo su tribu, cuya tierra ancestral se extiende por la estadunidense Arizona y la mexicana Sonora, se rompería con el muro que Trump prometió como panacea contra el narcotráfico y la migración ilegal.

Cerca de 3 mil tohonos viven en la zona, la inmensa mayoría del lado estadunidense, y sus movimientos se han visto limitados en los años recientes por una valla fronteriza cada vez más impenetrable.

El muro de Trump haría las cosas aún peor, dice Mike Wilson, de 64 años, tohono de botas vaqueras y larga coleta canosa. El muro es una violación internacional de los derechos humanos, porque bloquea el libre tránsito de una etnia en su propio territorio, afirma este hombre que sirvió en las operaciones especiales del ejército estadunidense y, tras retirarse, se convirtió en activista de derechos humanos.

Asegura que llevará su causa hasta Naciones Unidas con el apoyo de otras tribus que forman el Congreso Nacional de Indios Americanos.

De su lado, el gobierno mexicano prometió apoyar a la tribu en una demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Mientras el pueblo se opone fervientemente al muro, algunos dirigentes del lado estadunidense parecen temerosos de perder las subvenciones del gobierno federal.

Verlon Jose, vicepresidente de la nación tohono, se hizo famoso cuando la prensa le preguntó si permitiría la construcción del muro en su territorio. Sobre mi cadáver, dijo categóricamente.

Pero según David García, ex miembro del consejo supremo tohono, Jose maneja un doble discurso y trató de impedir las protestas. Dijo que enviaría un mensaje negativo a Washington y pondría en peligro las donaciones, asegura.

En este punto del desierto conocido como Puerta San Miguel, emerge de la tierra una hilera de oxidados postes que marca la actual frontera entre ambos países. Esta línea fue delimitada en 1848 tras una guerra territorial perdida por México. Ambas partes decidieron sin embargo permitir el libre tránsito del grupo tohono o’odham, la gente del desierto.

La tribu, reconocida como nación autónoma en Estados Unidos, podía cruzar por nueve puertas distribuidas en los 120 kilómetros de frontera que abarca su territorio. Pero esas puertas se fueron cerrando y hoy solo les queda la de San Miguel.