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Iba a rendir testimonio en un juicio contra Viktor Yanukovich

Sicario asesina a Denis Voronenkov, ex legislador ruso asilado en Ucrania
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 24 de marzo de 2017, p. 36

Moscú.

Personaje controvertido, que en octubre pasado obtuvo asilo político en Ucrania junto con su esposa, también ex diputada de la Duma rusa, Denis Voronenkov, empresario que accedió a la Cámara de Diputados por la cuota del Partido Comunista, murió este jueves tras ser atacado por un sicario en Kiev, que también perdió la vida al ser abatido por los guardaespaldas de la víctima.

Voronenkov, quien durante años no expresó ningún desacuerdo con la política del Kremlin y se hizo famoso al contraer matrimonio con una colega del partido oficialista, la cantante de ópera María Maksakova, hizo formidables negocios millonarios al amparo del poder y, cuando se complicaron las cosas, se volvió acérrimo opositor.

De repente, una vez ya instalado en la capital de Ucrania, empezó a renegar de lo que él mismo había ratificado con su firma: por ejemplo, la incorporación de Crimea a la Federación Rusa, que según su testimonio como exiliado político nunca llegó a hacer.

Dijo, desde su refugio ucranio, que la anexión de Crimea se produjo de manera fraudulenta y que Rusia era comparable a la Alemania nazi, lo cual causó indignación aquí.

En la medida que se radicalizaba el discurso del exiliado Voronenkov, la procuraduría rusa presentaba cargos en su contra por estafas financieras, como si fuera el pillo más grande que haya habido en Rusia. Tal vez sea algo exagerado descalificarlo así, pero –según quienes lo conocieron de cerca– tampoco era un santo, igual que la mayoría de los empresarios rusos que han hecho fortuna, cobijados desde el poder.

Voronenkov murió horas antes de rendir testimonio en un juicio que se sigue en Kiev para inculpar de traición a la patria al ex presidente ucranio, Viktor Yanukovich, bajo la premisa de que solicitó la intervención de las tropas rusas para mantenerse en el poder, pero no es claro quién ordenó su asesinato, más allá de que el autor material, según pudo verificarse, era un ciudadano ucranio.

Por lo mismo, todos encuentran la versión que más les conviene: que lo mataron por órdenes del Kremlin, dice el gobierno ucranio, dado que no puede tolerar que quede impune un desertor que todo lo tuvo cuando estuvo en Rusia; que lo asesinaron los servicios secretos rusos ya que conocía los detalles de un contrabando que implicaba a altos funcionarios; que fueron los ucranios, afirman los rusos, para echarle la culpa a Rusia; que fue el mayor interesado en que no se conociera su testimonio contra Yanukovich; que se trató de un ajuste de cuentas por negocios con antiguos socios, por enumerar sólo las más mencionadas en los noticiarios de esta noche.

Lo único claro a esta hora es que Voronenkov, al salir del Hotel Premier Palace, recibió tres o cuatro balazos en vientre y cuello, cuando le disparó a quemarropa un individuo que se le acercó, de acuerdo con Andrei Grischenko, jefe de la policía de Kiev.