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Economía Moral

Agnes Heller y las teorías de las necesidades humanas / XV

Sistema de Necesidades y la Sociedad de los Productores Asociados

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l contenido del Capítulo V, y último, de Teoría de las Necesidades en Marx (TNM), El sistema de necesidades (N) y la sociedad de los productores asociados (SPA), fue rechazado años después por la AH posmodernista, por lo visto en la entrega del 23/12/16. En él, AH afirma que el análisis marxiano de la SPA está basado filosóficamente en el concepto de sistema de necesidades (SN), según el cual no existen N, ni tipos de N, aislados. Cada sociedad tiene su propio y característico SN. En Miseria de la Filosofía, Marx sostiene que, en general, las N surgen directamente de la producción o de un estado de cosas basado en la producción (TNM, p. 115), lo que me parece unilateral porque deja a un lado su visión de la esencia humana que ha analizado en profundidad György Márkus. AH retoma la descripción del SN del capitalismo, que analizó en el capítulo 2 de TNM, en el cual la estructura de N se reduce a la N de poseer, que subordina a sí todo el sistema y que “se explicita en los miembros de la clase dominante como N de incrementar cuantitativamente las N de un mismo tipo y los objetos de su satisfacción, mientras que en la clase obrera se manifiesta como reducción a meras N vitales, esto es, a las ‘N naturales’ y su satisfacción” (Ibíd.). Las N cualitativas son cuantificadas: de necesidades-fin se convierten en necesidades-medio y viceversa” (Ibíd.). Al no poder desarrollarse N de calidades heterogéneas, “los placeres de los hombres aparecen como ‘burdos’ y ‘brutales’ y algunas de sus N se ‘inmovilizan’. En las relaciones humanas predominan las de interés” (Ibíd.)

El SN de la sociedad capitalista es específico de ella, por lo cual no puede usarse para la crítica del SN de cualquier otra sociedad y, mucho menos, de la SPA que es el opuesto no sólo de la sociedad capitalista sino de toda sociedad civilizada que haya existido, pues es la primera sociedad no alienada, el ‘reino de la libertad’, continúa AH (p. 116). Hace una aclaración central sobre el SN: éste está dividido entre clases sociales. Las clases explotadas no pretenden en general más que una mejor satisfacción de las N que les han sido asignadas, aunque en diversas condiciones históricas se hacen conscientes de la oposición existente entre su SN y el de las clases dominantes y “quieren… hacer realizables en su provecho algunos aspectos del SN de las clases dominantes” (que no son las necesidades radicales, NR) (p.116). Sin embargo, esto parece contradecir la afirmación tajante anterior que en la clase obrera la N dominante de poseer se manifiesta en la reducción a meras necesidades vitales. Pero la aspiración a las N alienadas (de las clases dominantes) afirma la autora, no trasciende la totalidad del SN sino sólo su división. Las NR de la clase obrera, clarifica, creadas por el capitalismo son, per definitionem, distintas: el ser de la burguesía es tan alienado como el del proletariado. Las NR son de tal naturaleza que no pueden ser jamás (sic) satisfechas en la sociedad existente. (p. 117). Son, por ello, exclusivamente las NR las que conducen a la completa restructuración del SN. Aunque el SN del capitalismo es específico del mismo, es esta sociedad pura la que, al desarrollar las fuerzas productivas suficientemente para superar la división del trabajo puede crear, y crea, N pertenecientes a su ser pero no a su SN. Son sólo entonces las NR las que habilitan al ser humano, en la búsqueda de su satisfacción, a generar una formación social que sea –desde la raíz– diferente a la previa, una sociedad en la que el radicalmente nuevo SN se diferenciará de los pasados (TNM, p. 117).

Es por tanto, prosigue AH, absurdo juzgar sobre la base de la estructura actual de las N el SN presupuesto por Marx para la SPA. Para él, continúa, la completa restructuración del SN en el comunismo (sinónimo de SPA) es conditio sine qua non para todas las consideraciones que se refieren a la sociedad futura. Y en los Manuscritos de 1844 señala incluso que los sentidos del hombre socializado serán distintos de los actuales. En los Grundrisse indica que el tiempo libre –tiempo para el ocio y para actividades superiores– transforma a su poseedor en otro sujeto. AH concluye: “A Marx le parece ‘natural’ la restructuración radical de las N, de las capacidades y de los sentidos” (p.118). En la SPA los fundamentos del mecanismo operativo de la nueva formación social (del nuevo cuerpo social) y la estructura radicalmente nueva de las N se fundamentan recíprocamente. La SPA constituye la sociedad en la que las NR son satisfechas y alrededor de ellas se construye una nueva estructura de N (Ibíd.).

AH retoma la distinción entre N materiales (NM) y no-materiales (NNM): el SN del comunismo debe ser afrontado desde dos perspectivas: las de ambos tipos de N y las de las relaciones entre ellas. Las NM son aquellas cuya satisfacción requiere que sean producidos y reproducidos continuamente objetos y medios. Las NNM son aquéllas para cuya satisfacción no son necesarios objetos producidos mediante el intercambio orgánico con la naturaleza” (pp.118-119). Aunque se percata que la distinción no es pura, que también la producción es necesaria para la satisfacción de la N del arte, encuentra una solución falsa: que la N del arte sólo es satisfecha por la obra de arte y que ésta, como objetivación, se encuentra fuera de la esfera de la producción (p.119). No se percata que su definición de N no material es negada al reconocer que el arte también requiere de la producción. Argumenta que esta distinción se basa en una esencial de Marx: para quien la esfera de la producción es el ámbito que permanecerá como reino de la N en la SPA, pero éste estará subordinado al reino de la libertad. En el esquema de N, satisfactores y recursos que he desarrollado (véase Cuadro), queda claro que los bienes (y servicios) que desempeñan el papel de satisfactores principales en las N de sobrevivencia o materiales (que incluyen seguridad), desempeñan el rol de satisfactores secundarios en los grupos siguientes de N: cognitivas; emocionales y de estima; y de crecimiento y autorrealización, pero siguen presentes. Por tanto, también requieren de la producción (aunque en menor medida), y si ésta se sitúa (al menos en la primera fase del comunismo) en el reino de la N, entonces la satisfacción de todas las necesidades depende de la provisión de este reino.

Para poder analizar la relación entre las N y la producción material, debemos identificar, dice AH, cuál es el papel de la producción material en la imagen marxiana de la SPA. Enuncia cinco aspectos económicos a examinar en la SPA y concluye con la: a) ¿Se desarrolla la producción? b) ¿En qué medida el desarrollo de la producción representa el crecimiento de la riqueza social? c) ¿Existe división del trabajo? d) ¿Existen o no trabajo necesario y plus-trabajo? e) ¿Cuáles son las proporciones entre medios de consumo y medios de producción? Por último, analiza las relaciones entre producción y estructura (o sistema) de necesidades.

Deseo a los lectores, personal y colaboradores de La Jornada un 2017 pleno de felicidad y salud.

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