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Planta tratadora costó 900 millones de pesos; el agua aún es tóxica

Fracasó el saneamiento del río Santiago: Greenpeace
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 24 de noviembre de 2016, p. 33

Guadalajara, Jal.

La planta de tratamiento de aguas residuales El Ahogado, inaugurada en 2012 por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa y anunciada como la obra que acabaría con la contaminación del río Santiago, que atraviesa los municipios de El Salto y Juanacatlán, permite el paso de al menos 101 químicos orgánicos aislados, 22 de los cuales ni siquiera han sido regulados en México, según el reporte Alto a la catástrofe ecológica del río Santiago, elaborado por Greenpeace México y que fue hecho público este miércoles.

La planta tuvo un costo de 900 millones de pesos, 40 por ciento de los cuales fueron aportados por el Fondo Nacional de Infraestructura y el resto por la empresa Atlatec, que obtuvo la concesión por 17 años y cobra 9 millones de pesos mensuales. Supuestamente sanearía 30 por ciento de las aguas residuales que producen los 4.5 millones de habitantes de Guadalajara y su zona conurbada.

Entre las sustancias tóxicas encontradas hay compuestos orgánicos volátiles y semivolátiles, como nonifenol, octifenol, ftalatos, cloroformo y bencenos, que en altas concentraciones dañan la vida acuática y al ser humano, pues pueden ser cancerígenas, provocar disrupciones hormonales o malformaciones en fetos y en los sistemas reproductivos femenino y masculino.

En conferencia de prensa con representantes de las asociaciones civiles Un Salto de Vida, Instituto Vida e Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario, Greenpeace presentó los resultados de los análisis del agua que sale del tubo de descarga de la planta El Ahogado, de sedimentos y de un cárcamo aledaño, así como del arroyo de la presa El Ahogado.

Se detalló que todas las muestras fueron analizadas en los laboratorios de investigación de Greenpeace de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Exeter, en Reino Unido.

Es preocupante que haya sustancias que escapan del tratamiento de la planta y que son altamente tóxicas. Las plantas de tratamiento no son la solución. El único camino para conservar limpios los cuerpos de agua y mantener la salud de las personas y del ecosistema es evitar estas descargas, modificar las leyes para ampliar la lista de sustancias reguladas y que los tres niveles de gobierno se hagan responsables de la contaminación, de la salud de las personas y del ecosistema, dijo Miguel Soto Treviño, coordinador de la campaña de Tóxicos de Greenpeace México.