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Obama critica a la FBI: en una indagatoria no operamos con base en la insinuación, dice

Un triunfo de Trump ya no es tan descartable, según sondeos

El apoyo para el republicano y la demócrata en las encuestas nacionales, en torno al empate

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La campaña de Hillary Clinton (demócrata) desplegó su arma más poderosa: el presidente Barack Obama hizo ayer campaña en Carolina del Norte, donde llamó a universitarios y afroestadunidenses –sectores claves– a votar por la candidataFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 3 de noviembre de 2016, p. 24

Nueva York.

Dos factores caracterizan la contienda a seis días de los comicios presidenciales: el republicano Donald Trump está cerrando la brecha y abriendo nuevas posibilidades de un posible triunfo por primera vez y, la demócrata Hillary Clinton, aunque cada día menos, sigue con amplia ventaja en el mapa electoral.

Pero la sombra de Trump sigue oscureciendo cada vez más el panorama, y el coro que pregunta cómo es posible que esté tan cerca de la Casa Blanca se escucha cada vez con más volumen, y esto incluye al actual ocupante.

En parte, la contienda ahora ya no es entre dos candidatos, sino en torno a Trump, entre los que están tan hartos del sistema político que están dispuestos a apostar por un demagogo derechista en gran medida para tumbar a las cúpulas políticas, y entre los que temen esa amenaza y que votarán contra él, a través de su boleta, por Clinton.

Esto se ha vuelto, como señala el Cook Political Report, una pugna entre personalidades y no de posiciones o propuestas políticas. Ambos candidatos, vale repetir, son los más reprobados por la opinión pública en la historia moderna del país, con mayorías que rechazan a los dos.

Ninguno es confiable

Hoy, en la competencia entre quién es más impopular, Trump ahora le gana a Clinton por primera vez entre quién es más honesto; sólo 38 por ciento piensa que ella lo es, contra 46 por ciento que dice eso del republicano, en el sondeo más reciente de ABC News/Washington Post (o sea, la mayoría cree que ambos no son confiables).

La carrera de caballos, término común para caracterizar las contiendas presidenciales, por ahora muestra que la diferencia en apoyo entre ambos candidatos en los sondeos nacionales está llegando a un empate. Hoy, en el promedio calculado por RealClearPolitcs de encuestas nacionales, Clinton sólo goza de una ventaja de 1.7 por ciento. Más aún, su ventaja calculada en el colegio electoral –donde un candidato requiere de 270 votos para ganar la presidencia– se ha reducido a 226 para ella frente a 180 para Trump.

A lo largo de esta contienda, cuando la atención se enfoca en un candidato, pierde apoyo, y en esta recta final –con el anuncio sorpresivo de la FBI sobre nuevos correos electrónicos, el goteo de otros más filtrados por Wikileaks que revelan aspectos negativos y hasta mentiras dentro de su campaña– las luces están sobre Clinton.

A pesar de estas tendencias en la opinión pública en este hipódromo electoral, los modelos de pronóstico siguen mostrando que Clinton tiene más del doble la posibilidad de ganar que Trump. En el de FiveThrityEight, dirigido por Nate Silver, Clinton tiene 68 por ciento de probabilidad frente a 32 por ciento para Trump; y The Upshot del New York Times le otorga a Clinton una posibilidad de 87 por ciento contra 13 para Trump.

Pero Silver advierte que si se aprieta más la contienda, la campaña de Clinton estaría en riesgo, y se complicaría lo que hace sólo una semana parecía un mapa electoral que aseguraba su triunfo. Por ahora, indicó, la multitud de nuevos sondeos aún no aclara si Trump sigue avanzando, si la contienda ya se estabilizó o si Clinton se está recuperando. O sea, cunde la incertidumbre.

Por lo tanto, la noticia de esta semana es que un triunfo de Trump ya no se puede descartar como se suponía hace un par de semanas.

Todo gira en torno a quién participará en las urnas y como es difícil generar el voto a favor de los dos candidatos tan reprobados y dañados, el enfoque de las campañas es en gran medida sobre la urgencia de votar en contra del otro, y cómo representan una amenaza incluso mortal para el país.

La campaña de Clinton difundió un nuevo espot en televisión esta semana usando a la mujer que en 1964 era una niña en el famosísimo comercial del candidato demócrata Lyndon Johnson contra el ultraconservador Barry Goldwater, donde aparece la imagen de una pequeña niña y una flor y acaba con una nube nuclear, con un narrador que cuestiona si el público podría confiar el botón nuclear a ese político. La nueva versión usa declaraciones de Trump sobre armas nucleares y la mujer recuerda que Trump representa el mismo tipo de peligro. (Lo que no se menciona es que en su primera actividad política cuando estaba en la preparatoria, Clinton era activista en la campaña de Goldwater, que hacían llamar Goldwater Girls).

A la vez, su campaña desplegó su arma más poderosa y el político más popular del país –el presidente Barack Obama– quien hizo campaña para ella en Carolina del Norte, donde exhortó a jóvenes universitarios y a afroestadunidenses –dos sectores claves para Clinton y que no están mostrando el mismo entusiasmo con que ayudaron a llevar a Obama a la Casa Blanca– a votar. Declaró que aunque él ya no estaba en la boleta, la igualdad está en la boleta, la justicia está en la boleta, nuestra democracia está en la boleta ahora mismo, y Hillary Clinton les da la oportunidad de avanzar en esa democracia.

Criticó a Trump, sin mencionarlo por su nombre, cuestionando su comportamiento personal y recordando que el republicano aceptó el apoyo de integrantes del Ku Klux Klan, y lo calificó de alguien que no tiene las características como para ocupar la presidencia.

Obama también se sumó a la crítica del director de la FBI por anunciar el viernes, a finales de una elección, que estaba indagando correos electrónicos posiblemente relacionados con una investigación previa sobre el manejo de correos oficiales de Clinton. En una entrevista, en sus primeros comentarios sobre el asunto, afirmó que cuando hay una investigación “no operamos con base en la insinuación… no operamos con base en filtraciones. Operamos con base en decisiones concretas…”

Trump, quien goza las noticias positivas en las encuestas y el anuncio de la indagatoria de la FBI, advirtió que Clinton probablemente estará bajo investigación por muchos años y probablemente concluirá en un juicio criminal, afirmó, y en otro momento dijo que si es electa “se creará… una crisis constitucional. ¿No estamos cansados de los Clinton?”

Subrayó su mensaje insurgente en actos en Florida este miércoles, donde afirmó: ella es la candidata de ayer; nosotros somos el movimiento del futuro. Un nuevo espot nacional transmitido durante el partido final de la Serie Mundial afirma que Trump es un líder que no es parte del sistema.

Mientras tanto, una mujer que está demandando a Trump por violarla cuando tenía 13 años y que había convocado a conferencia de prensa este miércoles para revelar su identidad por primera vez, canceló a última hora y su abogada señaló que su cliente había recibido múltiples amenazas, igual que otras mujeres que han acusado a Trump con anterioridad.

Entre desconfianza, ira, hartazgo, encubrimiento y engaños, es difícil pronosticar el futuro inmediato de este proceso que dice ser democrático.

Para mayor información sobre la campaña presidencial en Estados Unidos