Espectáculos
Ver día anteriorMiércoles 2 de noviembre de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Héctor Infanzón festeja 40 años de carrera; ofrecerá Citadino en el Teatro de la Ciudad

Me gusta trabajar mucho, sentarme al instrumento, inventar cosas

Siempre quise viajar por el mundo con mi música, tener mis proyectos, mis composiciones, un día crear para orquesta y otro para marimba, expresa

La improvisación, su principal herramienta

Foto
Me encanta hacer la música que hago ahora con esta identidad, comenta Héctor InfanzónFoto cortesía del Festival Citadino
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de noviembre de 2016, p. 8

Improvisador natural, creador de música ecléctica e híbrida, el pianista, compositor, arreglista y productor Héctor Infanzón (CDMX, 1959) cumple cuatro décadas de carrera artística y lo celebra en grande. Aparte de realizar una serie de conciertos por el país –los más recientes fueron en el Festival Internacional de las Artes Julio Torri, en Coahuila–, el 4 de noviembre su espectáculo Citadino llegará por segunda ocasión al Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

Aunque haya incursionado en una amplia gama de géneros musicales, a Infanzón se le relaciona más con el jazz. A 40 años de distancia, desde su debut con el cantante argentino Ricardo Cerrato, dice antes que nada estar muy contento con lo que ha hecho, que no ha sido poco.

Alumno de las escuelas Superior de Música y Nacional de Música, de México, y del Berklee College of Music, en Boston, Estados Unidos, ha hecho cosas tan diversas como componer conciertos para diferentes instrumentos y orquesta, y hacer dos medleys con temas de la Sonora Ponceña con motivo del festejo de sus cuatro décadas en el Madison Square Garden, en Nueva York. Eso, por encargo de su director Papo Lucca, gran amigo de Héctor.

Lo que me queda es disfrutar el momento

Expresa: “Me gusta trabajar mucho, sentarme al instrumento, inventar cosas, explorar. Cuando no sé, veo cómo hacerlo y lo llevo a cabo. Eso lo hice desde que estaba joven en formación. Ahora que hago un recuento, hice lo que quise, me salí con la mía. Siempre quise viajar por el mundo con mi música, tener mis proyectos, mis composiciones, un día componer para orquesta y otro para marimba. Me faltan más proyectos, pero muchas veces son extensión de los que he logrado. Ahora lo que me queda es disfrutar el momento. Últimamente la vida me ha enseñado que a veces los proyectos hay que hacerlos quizás a más corto plazo, sin demeritar la calidad de lo que me propongo.

¿Dónde estoy parado? Aprendo más mi vida aquí y ahora. Quiero estar en mi tiempo, ser consciente, pleno de mi edad, de mis facultades, de lo que he hecho, tener gratitudes con la vida y con todas las personas que me han ayudado. Mañana no sabemos.

Infanzón pasó los primeros años de su vida en el centro de la CDMX. Su familia vivió en cierto momento en el edificio de San Juan Letrán (ahora Eje Central) que alojaba la cafetería Super Leche, destruido en el sismo de 1985. Toda esa etapa me marcó, salir de chico y ver la Torre Latino, ¡wow!, y oír la música que ponía mi papá (el músico Carlos Infanzón), cubana, jazz, lo que se escuchaba en ese momento en México. Uno empieza a tener sueños. Cuando notas que naces en esta ciudad, uno cuenta la historia que le tocó.

Cuando el entrevistado conoció por vez primera la ciudad de Nueva York, también le impresionó el Empire State. No obstante, uno tiene sus propias historias, reitera. Uno es del lugar, del barrio, empieza a aprender la identidad y valorar de donde viene. Es un asunto de pertenencia. Es una etapa que hay que pasar. Infanzón se fue a vivir a la ciudad de los rascacielos hace 20 años: Me encantó, me fue muy bien, pero decidí que quería radicar en mi país. Me encanta mi ciudad, mi país, creo en él.

Dicho ejercicio lo llevó a descubrir su entorno que siempre había vivido: Me encantó retomarlo y hacer la música que hago ahora con esta identidad, este convencimiento, después de estar impregnado de tanta música, otras culturas, en las que la primera pregunta es quién soy yo, cuál va a ser mi voz y con quién me voy a identificar.

Citadino nació primero como un disco (2007), en el que Infanzón se dio a la tarea de recabar todas las sonoridades del Centro, mismas que combinó. Dos años después, al volverlo a oír, dijo, ¿por qué no convertirlo en un espectáculo? Siempre le ha gustado interactuar con otras disciplinas artísticas. Citadino, el espectáculo, que también incluye bailarines, describe el paseo de un día por la ciudad, cuyo personaje principal, e hilo conductor, El Vago, a lo mejor sale a trabajar, pero acaba en el centro nocturno pasando por todas estas vicisitudes de una ciudad tan compleja como la nuestra.

Los nombres de los temas arman la historia de ese paseo: Como en feria, No porque me acuerdo, Aquí en mí, Hematofonía, De a diez varos y Rincón brujo, entre otros.

Para Infanzón la improvisación es su principal herramienta de composición, que toma de repente diferentes formas, hecho que dificulta etiquetarlo en determinado género. Reconoce que durante mucho tiempo le conflictuó la idea de lo híbrido, ya que a veces ese concepto puede ser agresivo o peyorativo. Sin embargo, me di cuenta de que la hibridez puede ser un concepto en sí mismo. Esta cosa extraña, amorfa, puede ser una forma en sí misma. Tomo este eclecticismo, como le llamo, y lo convierto en una identidad.

Citadino se presenta el próximo viernes, a las 20:30 horas en el Teatro de la Ciudad, localizado en Donceles 36, Centro Histórico.