Ante la situación de violencia que se vive en México, los artistas no deben permanecer como testigos silenciosos. Así opina la coreógrafa uruguaya Magdalena Brezzo (Montevideo, 1972 y naturalizada mexicana en 2005), quien este fin de semana estrenará su obra Blanco, en la cual aborda el tema de los feminicidios en el país.

Me interesa crear un espacio de conciencia y reflexión, sobre todo de luz en torno a ese asunto tan doloroso. No propongo un diálogo desde el dolor, pues se trata de poner un granito de arena al tratar de crear conciencia en torno a ese asunto en un teatro, que es un foro con mayor resonancia, explica en entrevista con La Jornada.

La interpretación está a cargo de la compañía Camerino 4, creada por Brezzo en 2000, la cual a la fecha cuenta con más de 20 montajes coreográficos en diferentes formatos.

No puedo quedarme petrificada ante la situación por la que atraviesa México; me involucro, y lo que ha sido conmovedor es que durante el proceso se han acercado otros artistas que trabajan el tema. Por ejemplo, la fotógrafa Mayra Martell, quien desdesde hace 12 años documenta lo que sucede en Ciudad Juárez; en nuestro montaje vamos a presentar un fragmento de una serie que ella tiene, añade Brezzo.

Oración laica y cuerpo ético

Magdalena Brezzo destaca que los bailarines de la compañía han hecho un gran trabajo, porque no sólo bailan desde lo estético, lo cual es muy fácil en danza, sino exploran el movimiento del cuerpo desde la conciencia, para llevarlo a otro lugar, más profundo, con la finalidad de presentar una suerte de oración laica, un trabajo realizado con mucha sensibilidad, en el que hablamos del cuerpo ético.

Durante la obra subirán al escenario madres con bebés lactantes y la coreógrafa espera que sean unas cien. “Esa escena la trabajamos más como un símbolo de resistencia y de luz, para nada diciendo que una mujer vale más si es madre, que es uno de los clichés machistas o por donde a veces se aborda el respeto a la mujer. No va por ahí.

Jade Castilla, integrante de la compañía Camerino 4, en un ensayo de la coreografía Blanco, que tendrá sólo dos funciones, sábado 5 y domingo 6 de noviembre, en el Teatro de la Ciudad Esperanza IrisFoto Cristina Rodríguez

Una de la madres participantes es la bailarina Flor Garfias, quien vendrá con su bebé de dos meses. Lo coreográfico con todas las madres está en la naturalidad con la que se entabla una relación orgánica entre ellas y sus hijos.

Blanco es una pieza más conceptual que narrativa. El título, para la coreógrafa, significa justo lo contrario a pureza o inocencia, continúa, es el color del poder. Por ejemplo, blanco como el color de la piel blanca, la Casa Blanca, la trata de blancas, la cocaína, entre otras. Considero que es un color que claramente no representa a la mayoría. De ahí que el título de mi pieza surja como una crítica.

La autora es integrante del Sistema Nacional de Creadores de Arte y le llevó un año preparar la propuesta donde se muestra también “la vulnerabilidad que cualquiera tiene. No pretendo dar respuestas, sino mostrar un espacio donde se crean más preguntas. No creo en las obras como denuncias, al menos no es donde surge mi interés por hablar de este tema.

Estrenar la pieza en el Teatro de la Ciudad me parece un lujo, porque es un foro que ya tiene un público y gran convocatoria. Pero, por otro lado, está la realidad de la danza: tenemos temporadas que duran sólo dos días. La idea es seguir moviendo la obra el año que viene, pero por ahora no hemos comenzado. Creo que sí existe público para la danza, pero sucede que a veces no sabemos cómo llegar a éste, señala.

Blanco, de Magdalena Brezzo, con su compañía Camerino 4, se presentará en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36, Centro Histórico), donde tendrá dos únicas funciones el sábado 5 y el domingo 6 de noviembre, a las 19 y 18 horas, respectivamente.