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Crea la UNAM método para ubicar zonas con riesgo de deslaves
 
Periódico La Jornada
Viernes 28 de octubre de 2016, p. 2

Expertos del Instituto de Geografía (IGg) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encabezados por la investigadora María Teresa Ramírez Herrera, desarrollaron un método automatizado para determinar zonas montañosas susceptibles a deslizamientos de tierra a consecuencia de huracanes o por lluvias persistentes.

En el equipo de científicos que participaron en el estudio estuvo también Krzystof Gaidzik, del IGg, y colaboraron Ben Leshchinsky y Netra Regmi, de las universidades Estatal de Oregon y de Arizona, en ese orden.

El área de estudio fue la Sierra Madre del sur de Guerrero y en la investigación se usaron datos topográficos de alta resolución, técnica denominada Light Detection and Ranging.

Útil en prevención de desastres

Ramírez Herrera dijo que el método desarrollado tiene múltiples aplicaciones, no sólo para determinar deslizamientos por inundaciones, sino también en caso de sismos, tsunamis, incendios y para contar vegetación.

Indicó que con esta herramienta se pueden prevenir muertes al planear desalojos de población en riesgo y cuidar recursos. Informó que los resultados del proyecto serán entregados en un mes al Instituto Nacional de Estadística y Geografía para ser aplicados en zonas susceptibles a deslizamientos en Guerrero, Veracruz, Chiapas y Puebla.

La experta insistió en que donde ya ha habido deslaves es muy probable que éstos vuelvan a ocurrir, si se dan las condiciones, por ejemplo si ocurre una alta precipitación. Ante una situación de esa naturaleza protección civil podría desalojar las zonas en riesgo.

La investigadora indicó que el cambio climático incrementará el número de huracanes y, por tanto, los deslaves.

El proyecto se desarrolló en dos años, contó con el respaldo de la Fundación Nacional de la Ciencia de Estados Unidos y se trabajó en La Pintada, Guerrero, donde las lluvias provocadas por el huracán Manuel produjeron un deslizamiento de tierra que mató a 68 personas en 2013.