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Ante el auge de la banda y el alterado muchos grupos se retiraron: José Manuel Zamacona

Seguimos defendiendo a capa y espada la música romántica, dicen Los Yonic’s

Lanzan disco de duetos con artistas juveniles

Palabras tristes, primer sencillo con Mon Laferte

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Antes soñaba con que me pideran un autógrafo, ahora hay quienes me dicen que están enfermos de cáncer y sólo quieren estrechar mi mano; eso no hay cómo pagarlo, dice Zamacona, voz del grupoFoto Arturo Cruz Bárcenas
 
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de septiembre de 2016, p. a10

El Metro sólo lo conozco en fotografías; lo más fuerte con un fan... con varios, cuando se acercan a saludarme me dicen que son enfermos terminales de cáncer y que al apretar mi mano... ya se pueden morir; en la vida hay palabras tristes, pero no hay que ser títere de nadie, expresó en entrevista José Manuel Zamacona, voz de Los Yonic’s, grupo que por casi cuatro décadas ha marcado el sentimiento amoroso de las clases populares de México, al lado de verdaderos maestros de la onda lacrimógena, como Los Bukis, Los Solitarios, Los Ángeles Negros, Los Muecas, La Tropa Loca, Los Babys, Los Mismos, Los Freddys y tantos más que han inundado de sentimiento gregario al mexicano.

Ahora, Zamacona (o Chamacona, como es conocido por su pegue entre las mujeres) grabó algunos de los éxitos de su grupo, pero a dúo con intérpretes de actualidad, como Mon Laferte, quien se da el lujo de echar a los cuatro vientos Palabras tristes, un clásico de pasiones.

Zamacona se ha mantenido vigente desde 1970, año de la fundación de Los Yonic’s, considerado el pionero en lo que se denomima bailes masivos, en lo grupero.

Se fueron a los cuernos de la luna con temas como Títere y Pero te vas a arrepentir, de Marco Antonio Solís. Su fundador fue Johnny Ayvar y de ahí el nombre del grupo, pero con la grafía distorsionada.

Contentos y motivados

Los Yonic’s son originarios de San Luis San Pedro, Guerrero, de donde Zamacona recordó emocionado que un día le dijo a sus paisanos que saldría de ahí, él que tiene poliomielitis, y regresaría manejando un coche. Se burlaron, a lo pueblerino, con sorna, con ironía. Además, José Manuel era pobre entre los pobres. Más difícil. Pasó el tiempo y volvió para que esos criticones se tragaran sus palabras. Manejaba un coche, un vocho adaptado que se conducía con las manos.

Los éxitos se acumularon y figuraron las rolas híper subjetivadas Soy yo y Rosas blancas.

“Del nuevo disco ya está a la venta Palabras tristes en plataformas digitales y el cedé completo saldrá en las primeras dos semanas de octubre. Estamos contentos y motivados. Canto con Mon Laferte y estar con ella es agradable. Vienen muchas cosas a la mente. Palabras tristes es una canción que nos trae muchísimos recuerdos, todas esas cosas hermosas que nos han pasado. Estamos hablando del año 80, cuando promovíamos esa composición. Ahora, en 2016, la volvemos a promover. Sobre todo hay que agradecerle a Dios que nos haya permitido llegar a estas fechas, con otras formas, pero con el mismo cariño. Estamos vigentes. Otros ya se quedaron en el camino o ya no quisieron seguir, o ya no les gustó seguir, otros porque consideran que ya cumplieron su ciclo y no quieren o no pueden vivir de la música. Hay grupos a los que les ha ganado la edad. Hubo un momento en que con otros ritmos, como el de banda, el alterado, etcétera, los grupos románticos dijeron que ya no tenían chamba y mejor se retiraron.

“En el caso de nosotros seguimos y hemos defendido la música romántica a capa y espada. Gracias a Dios nunca nos ha faltado el trabajo y seguimos al mismo ritmo de hace años, con nuestras giras a Estados Unidos y por la República Mexicana, Centro y Sudamérica. A nosotros nos tocó una época muy bonita, con grupos como Los Terrícolas, muy talentosos y exitosos, que de alguna manera nos enseñaron. En mi caso la influencia fue más de lo pop. Yo siempre he admirado a Camilo Sesto, a José José. Pero más Camilo, con una tesitura siempre arriba. Durante una etapa muy bonita Yonic’s y Bukis nos comíamos el pastel entero entre los dos. Ibamos a un lugar y ellos a otro y metíamos cada vez más y más gente. Fuimos los pioneros de los masivos, porque Rigo Tovar no hacía masivos... no sé si le ganó el tiempo o le faltó un poco de disciplina. Eso no le quitaba el talento que tenía. Derrochaba dinero y a los masivos que tenía no llegaba y eso le afectó un poco. Nosotros sí cumplimos. Recuerdo un baile en Monterrey que comenzó a la seis de la tarde y terminó a las ocho de la mañana del otro día. En esos bailes tocábamos a las 11 de la noche y la otra tanda a las cinco de la mañana. Claro, ya con otra ropa y hasta bañados, porque ya traíamos baño en el autobús. Justamente, los éxitos de ese entonces son los que ahora volvimos a grabar. Está lleno de éxitos, de punta de lanza, con canciones como Un dolor, Títere, Soy, Cómo te amo, Nadie sabe lo que tiene...

Sin pantallas

Los tiempos cambian y las formas de trabajar son diferentes. Antes no había eso de luz y pantallas. Creo que era más bonito porque teníamos mayor contacto con la gente. Nos bajábamos del camión para comer y se acercaban para saludarnos. Eso trato de conservarlo. No se debe de perder. La gente se queda hasta sin comer para comprar tu disco. Son fans de deveras. Eso no hay cómo pagarlo. Nunca he entendido, en 40 años de carrera, que un artista trate mal al público. Nosotros empezamos tocando puertas y picando piedra. No se nos abrían. Cuando se abrieron hubiera estado mal que nosotros se las cerráramos al público. Yo soñaba con que me pidieran un autógrafo. Cuando se concedió ya no lo solté. Hay personas que al saludarme me dicen que no se van a lavar la mano en una semana. Es gente que siente. Lo más fuerte es cuando de repente se te acerca gente y te dicen que tienen cáncer. Tienen el deseo de conocernos. Se toman la foto, nos dan la mano y dicen: ahora sí me puedo morir. Eso es algo que siento feo, les doy un abrazo y les digo que tenemos que volver a vernos. Se quitan su cosa de la cabeza y me señalan que se les cayó el pelo. Les reitero que digan que están sanos. Mi hijo (del mismo nombre) y yo somos cristianos y nos piden que hagamos una oración.”

Solicitó que el Constituyente de la Ciudad de México tome más en cuenta a las personas con discapacidad física, pues la urbe es hostil para ellas en todos los sentidos.

A Zamacona lo suben en vilo al escenario. No hay rampa ni elevador. Lo cargan.