Renuncia ya. Esa fue la consigna con que miles de personas salieron a las calles para exigir la dimisión del titular del Ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto.

Unas 5 mil personas respondieron a la convocatoria lanzada en redes sociales para marchar el 15 de septiembre y demandar la salida del mandatario porque motivos sobran.

De acuerdo con monitoreos del gobierno de la Ciudad de México, en la marcha –entre el Ángel de la Independencia y el Palacio e Bellas Artes– participaron 5 mil personas. En principio la convocatoria anunció que se llegaría al Zócalo capitalino, sin embargo, cientos de policías impidieron el paso a los manifestantes.

A la convocatoria respondieron ciudadanos (jóvenes, adultos, ancianos y hasta niños) que no pertenecen a organizaciones políticas ni a colectivos sociales. Como movimientos organizados sólo se sumaron los padres de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014 y el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco. Estos no fueron los convocantes, pero se decidió que encabezaran la marcha por lo que representan esos casos.

Con carteles, mantas y al grito de ¡Fuera Peña! y ¡México sin PRI!, los manifestantes enumeraron motivos para acompañar su demanda de la salida de Peña Nieto de la Presidencia: las represiones en Ayotzinapa, Tlatlaya, Tanhuato o Nochixtlán, impunidad y corrupción, los miles de desaparecidos y asesinados, la Casa Blanca, la presencia de Donald Trump en México, la difícil situación económica, el desempleo, la promesa incumplida de mayor seguridad, el recorte al gasto social, los aumentos a gasolina y luz, entre otros.

Algunos de los asistentes destacaron que esta es la primera ocasión que se marcha para pedir la renuncia de un presidente. La convocatoria a esta movilización se lanzó por redes sociales el 2 de septiembre, un día después de la entrega del cuarto Informe de gobierno de Peña Nieto, con los hashtags #RenunciaYa y #MotivosSobran.

Frente a Bellas Artes hubo algunos roces entre manifestantes y policías, debido a que muchos querían pasar para llegar al Zócalo. Unos cuantos lanzaron cohetones contra los uniformados –se reportó a dos con lesiones leves–, aunque la mayoría llamó a no enfrentarse y recordaron que se trataba de una manifestación pacífica.