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La atleta belga obtuvo la plata en 400 metros; su próxima competencia será en 100

Río 2016 son mis últimos juegos, pero no me someteré a la eutanasia: Vervoort

Firmé los papeles en 2008, pero quiero más tiempo con mi familia y dar charlas motivacionales

Foto
Marieke Vervoort, al momento de llegar segunda en la prueba de ayerFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 11 de septiembre de 2016, p. a14

Río de Janeiro.

La atleta belga Marieke Vervoort admitió que Río 2016 serán sus últimos Juegos Paralímpicos, pero aclaró que no se someterá a la eutanasia, como medios informativos han publicado desde hace varias semanas.

De 37 años, la deportista reconoció que en 2008 firmó los papeles para la eutanasia, pero aseguró que sus palabras fueron malinterpretadas.

Después de Río no quiero la eutanasia. Vivo día a día y cuando llegue el momento, lo haré. Tras los juegos no la pediré. Fue un periódico de Bélgica el que dijo que lo haría. No es verdad. Quiero más tiempo con mi familia y amigos, dar charlas motivacionales, y cuando ya no quiera vivir, tengo los papeles... pero todavía no sé cuándo los usaré, dijo en entrevista con el diario Marca.

Vervoort, quien ayer ganó la medalla de plata en 400 metros en la categoría T52, puntualizó que después de Brasil dejará las competencias por los dolores, que cada vez son mayores. Anoche dormí sólo una hora por la molestia y el año pasado, en el Mundial de Doha, sólo dormía tres horas al día, de 5 a 8, y gané tres oros.

Agregó que se dedicará a descansar y realizar otras actividades, como impartir charlas de motivación, en las que trata de transmitir sus ganas de seguir viviendo.

“Por haber firmado los papeles de la eutanasia muchas personas piensan que quiero morir, pero no es verdad. Lo hice en 2008 porque sufría mucho y no deseo vivir con un dolor insoportable.

No quiero tener a una persona que me tenga que ayudar todo el día mañana, tarde y noche. Deseo disfrutar de todos los pequeños momentos, dijo en una entrevista realizada en Lanzarote, España, adonde acude a entrenar cuatro veces al año.

Vervoort recordó que su enfermedad degenerativa incurable –tiene paralizada la mitad inferior de su cuerpo y la visión reducida a 20 por ciento– empezó con una dolorosa inflamación en el pie a sus 14 años, que después se extendió a las rodillas y a los 20 ya dependía de una silla de ruedas.

Fue entonces cuando encontró un refugio en el deporte y en 2007 compitió en el Ironman de Hawai, el más duro del mundo, lo que le ha ayudado a dar un ejemplo.

En las charlas, el mensaje que transmito es que la gente crea que se puede. Ocho meses después de pasar por el hospital batí tres récords del mundo en el Mundial de Doha. El de 100, 200 y 400 metros. Cuando quieres, puedes. No te rindas, expresó.

Su siguiente competencia en Río será en 100 metros, distancia en la que en Londres 2012 se proclamó campeona.

Aquel oro fue el momento más feliz de mi vida, dijo, y espera que esa sensación vuelva a vivirla en Río, donde serán sus últimas competencias.