Sociedad y Justicia
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Con ese personal y equipo adecuado, sólo morirían 3% de enfermos graves

Instan a formar más médicos de alta especialidad en cardiopatías

Las afecciones de esta naturaleza están aumentando y se dan a edades más tempranas, alertan

 
Periódico La Jornada
Martes 6 de septiembre de 2016, p. 31

Desde la creación en los años 80 en los hospitales de las unidades coronarias para tratar a pacientes con infartos agudos al corazón y el desarrollo de dispositivos y medicamentos útiles en el manejo de la enfermedad, el número de muertes entre los afectados atendidos en forma temprana ha descendido en más de la mitad. En el mismo lapso, el desarrollo tecnológico favoreció la aparición de técnicas para el control de complicaciones graves.

Ahora es una realidad el corazón artificial y el trasplante del órgano, pero todavía son pocos los médicos con entrenamiento de alta especialidad necesario para realizar las cirugías y otorgar la atención posquirúrgica que requieren los enfermos, en particular para prevenir y/o detectar oportunamente las situaciones que pueden empeorar su condición, afirmó Francisco Baranda Tovar, jefe del departamento de Terapia Intensiva Cardiovascular del Instituto Nacional de Cardiología (INC) Ignacio Chávez.

Al menos 10 años de capacitación

El especialista comentó que se requieren al menos 10 años de capacitación, después de la licenciatura, para egresar de la subespecialidad de terapia intensiva cardiovascular –también conocida como medicina crítica cardiovascular– con conocimiento integral en las áreas de medicina interna, cardiología, terapia intensiva y ecocardiografía.

Personal médico con este nivel de capacitación y el equipo médico adecuado puede lograr –como se ha hecho en el INC– que los niveles de mortalidad entre personas con enfermedad cardiaca grave sea de sólo 3 por ciento. En los hospitales que carecen de médicos de alta especialidad el riesgo de muerte de los afectados es de 40 por ciento.

En entrevista, Baranda puntualizó que la mayoría de los infartos al miocardio se resuelven con medicamentos o intervenciones de hemodinamia, a fin de destapar las arterias coronarias y restablecer la irrigación sanguínea al corazón, mediante procedimientos bien conocidos. Sin embargo, también se presentan situaciones más complejas que pueden llevar a que los afectados permanezcan en las áreas de terapia intensiva varias semanas o incluso meses.

Para atender a los enfermos del corazón se requiere del especialista en medicina crítica cardiovascular, y más aún en situaciones que ponen en alto riesgo la vida de las personas. Uno de estos profesionales es Édgar García Cruz, quien ya hizo las especialidades de medicina interna, cardiología, intensivista cardiovascular y ecocardiografía. El próximo año iniciará otra subespecialidad en cardiopatía congénita en el extranjero.

El médico de 34 años es uno de los profesores que participarán en el primer Foro Latinoamericano de Medicina Crítica Cardiovascular, en el que además de conferencias habrá talleres teórico prácticos. En uno de ellos, coordinado por García Cruz, se colocará un corazón artificial en un modelo animal.

El foro es el primero que organiza la recién creada Sociedad Mexicana de Medicina Crítica Cardiovascular. Tendrá lugar del 7 al 9 de septiembre en el Instituto Nacional de Medicina Genómica y participarán expertos de diferentes países.

En el INC se creó hace 10 años la subespecialidad de la que han egresado 80 médicos, con lo que México se colocó a la vanguardia en este entrenamiento en América Latina. Existen otros dos centros en Europa y Estados Unidos. Aquí está por iniciarse la formación en el Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social, indicó Baranda.

Resaltó la importancia de estas acciones, porque aumenta la necesidad de atención para enfermedades cardiovasculares y a edades más tempranas. Es la principal causa de muerte a partir de los 40 años, estrechamente asociada con otros males, como diabetes, hipertensión arterial y colesterol elevado.

No obstante, dijo Baranda, también empieza a ser frecuente que personas sin factores de riesgo como los mencionados presenten un infarto al corazón, debido a tres factores de riesgo principales: los malos hábitos alimenticios, la falta de ejercicio y el estrés.