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El bronce en Río estaba presupuestado desde que califiqué a JO

Hernández quiere promover el pentatlón entre niños y jóvenes

Le encantaría llegar a Tokio 2020 al lado de su hermano Emiliano

 
Periódico La Jornada
Miércoles 31 de agosto de 2016, p. a15

Una medalla olímpica no le ha cambiado sustancialmente la vida, pero a Ismael Hernández le gustaría que con la medalla de bronce conquistada en Río le alcance para promover el pentatlón moderno entre la niñez y la juventud del país, porque además de ser un orgullo haberla ganado, se le ha convertido en una responsabilidad que quiere cumplir a cabalidad.

Sin perder la sonrisa que dio la vuelta al mundo cuando le colgaron al cuello el premio de tercer lugar olímpico, el deportista aseguró que le gusta vivir la vida con calma y aprender cada día algo nuevo.

Quiere disfrutar su logro, tomarse unos días de descanso y en un mes regresar al campo de entrenamiento y pensar con tranquilidad si participa en Tokio 2020, lo cual le encantaría, y más si puede hacerlo al lado de su hermano Emiliano, quien sigue sus pasos con la obtención de varias medallas en certámenes juveniles.

En una reunión de reconocimiento de la federación nacional de la especialidad en el Ajusco, Hernández recordó que la presea estaba presupuestada desde que calificó a la justa cuatrienal y que su padre, Marcelo, planeó en una hoja de cálculo (excel) toda la ruta que debía seguir cada día hasta materializar sus planes.

Lector de libros de superación personal, aunque con El Principito (Antoine de Saint-Exupéry) como su favorito, con un gusto especial por la cecina en tacos y con ganas de saber bailar, Ismael ya aprendió el idioma alemán y comentó que desde hace cuatro años en su casa le regalaron una perrita (Zamba), que le ayudó a eliminar todo pensamiento de alejarse del pentatlón y de resolver la pregunta más importante de ese momento: Hasta dónde arriesgar la vida por un sueño, después de un accidente que sufrió en un entrenamiento cuando lo tiró un caballo.

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Ismael Hernández no olvidará que el pasado 20 de agosto fue el día más importante de su vidaFoto Jorge Sepúlveda Marín

Sin preocuparse de llevar una doble vida en el estudio y en las cinco pistas donde a diario trabaja –en 2013 terminó la licenciatura en Economía–, agradeció a la Secretaría de la Defensa Nacional por sus siete entrenadores, pero sobre todo a su familia, porque sin su apoyo y la terquedad de su padre, de siempre tener el control total de la situación, no lo habría logrado.

Nunca olvidará que el pasado 20 de agosto fue el día más importante de su vida, cuando entregó todo por lo que se había preparado durante meses, y aunque hubo momentos de flaqueza, de desánimo de estar cansado o fastidiado, su celular lo ayudó a no decaer al haber programado una aplicación para que desde el pasado primero de enero le recordara diariamente cuántos días faltaban para cumplir su sueño...