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Exhorta a no buscar padrinazgos

El Barzón pide unidad para lograr cambios en la política
 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de agosto de 2016, p. 17

El Barzón apuntó que un movimiento social desarticulado y con visión gremialista no logrará su meta de consolidar un cambio en la política nacional, por lo que hizo un llamado a las organizaciones sociales de los diversos sectores a iniciar un acercamiento no sólo para evitar recortes al presupuesto que afecten a la educación, la cultura y el campo, entre otros, sino para conformar el llamado M-18, con miras al proceso electoral de 2018.

“Buscar padrinazgos en el contexto de una lucha gremialista es continuar en el círculo que impide los cambios. Los legisladores tampoco están a la altura de las demandas sociales, pues lo único que les importa son los moches para llevar a cabo pequeñas obras”, dijo Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente de El Barzón, en conferencia de prensa.

Agregó que todos los esfuerzos realizados por las organizaciones campesinas que demandan cambios en la política agropecuaria se han topado contra la pared. Se instalan mesas, pero no se llega a ningún resultado. Se habla de voluntad política, pero la película es la misma. Nos está ahogando el gremialismo exacerbado.

Urge que el gobierno acepte las compras consolidadas para que los productores accedan al mercado y tengan ingresos justos, que la prosperidad llegue al campo, porque el bono demográfico se está perdiendo por la delincuencia organizada y la violencia.

De su lado, Rocío Miranda, dirigente de la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina (UFIC), convocó a las organizaciones campesinas a conformar una alianza para cambiar el modelo económico que ve a los campesinos como mercancías, no como seres humanos.

Ante las desigualdades generadas por el modelo económico es momento de que las agrupaciones campesinas pugnen para que se priorice la atención a los pequeños productores y se coloquen por encima de las grandes empresas comercializadoras.

La lucha, consideró, debe orientarse hacia la generación de políticas que reconozcan la necesidad de implementar programas para la producción y consumo de programas provenientes de sistemas agroecológicos. Hay que impulsar los mercados en los que los pequeños agricultores ofrezcan sus productos. Definamos una estrategia de trabajo que integre muchas acciones unitarias para enfrentar al gran capital y a la desigualdad.

La fortaleza de la lucha social en el campo está en la unidad de acción entre el movimiento campesino e indígena, como baluartes de la pretendida soberanía alimentaria, en alianza con las masas de consumidores de las ciudades. No se trata únicamente de pelear por un mejor presupuesto para el sector agropecuario, sino de empujar el cambio del actual modelo económico que está más interesado en el mercado y la ganancia y no en los seres humanos.

También convocó a las universidades y centros de investigación a trabajar en torno al cambio de pensamiento y formas de producción. Necesitamos eliminar los paquetes tecnológicos que nos orillan al consumismo de agroquímicos y hacen dependientes de las grandes empresas, acotó.