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Galería Arte Hoy: Guardado
E

l abogado y legista Jorge Eduardo Espinosa desde hace algún tiempo decidió abrir dos espacios galerísticos en sendos inmuebles de Coyoacán. El ubicado en avenida Carranza funciona como galería con programa abierto a varias disciplinas y admite a artistas emergentes o en formación, siempre y cuando así lo decidan el propio Jorge Eduardo y su equipo curatorial.

El segundo espacio, a poca distancia de aquél, se encuentra en la calle Viena 249 b y cuenta con un patio de escultura exterior, de tal modo que en el parterre que anticipa a la primera construcción, donde están las oficinas, el visitante es recibido por un espléndido bronce de Manuel Felguérez y una airosa escultura en líneas curvas y ascendentes de Yvonne Domenge.

Son dos edificaciones las que flanquean el patio en el que se exhiben varias piezas de Ángela Gurría, quien es la artista principal del establo que allí se maneja y con toda razón, pues la orientación del dueño y director encamina el meollo de sus actividades promocionales a la escultura. Entre los autores que se exhiben en este patio central y exterior están Ernesto Hume, Jesús Mayagoitia e Iroyuqui Okumaro, además de dos jóvenes tallistas en piedra: Arno Avilés y Antonio Chemar, cuyas obras resultan así vecinas a un conjunto nutrido e importante de Ángela Gurría, entre otras, una inesperada y muy hermosa pieza tallada en ónix que debería integrarse a la colección de algún museo y otra más de Felguérez.

También se exhiben pinturas si viene al caso, como ahora ocurre al parecer por sugerencia oportuna y bien recibida de la crítica de arte Graciela Katofel, en la sala del piso superior de la construcción que flanquea el patio.

La muestra se integra de 17 pinturas al óleo de Ismael Guardado, uno de los más destacados artistas zacatecanos de la generación posterior a Felguérez y a los hermanos Coronel, cuyos grabados han merecido distinciones en varios ámbitos nacionales e internacionales. Ismael cuenta también con esculturas públicas, como el Prometeo de la Universidad de Zacatecas, una pieza eminentemente figurativa, y con pinturas murales que se encuentran en la misma ciudad o en diversas poblaciones de la entidad, así como en Guadalajara.

A estas creaciones Ismael Guardado suma su absoluta disposición a las interpretaciones musicales específicamente en instrumentos de cuerda y su calidad de investigador de piezas algunas del folclor antiguo y otras contemporáneas. Incluso es el diseñador y constructor de un instrumento que ha sido exhibido como tal y como obra de arte en el Palacio Clavijero de Morelia, Michoacán, de modo que también destaca indudablemente como intérprete y como musicólogo. ¿En qué medida eso afecta su pintura? La producción actual que se observa hasta septiembre en Arte Hoy pudiera titularse tema con variaciones y sería excesivo considerar que es totalmente abstracta, existe la obvia o insinuada aparición de presencias: rostros máscara o incluso personajes que corresponden al verdadero significado del término abstracción que deriva de ab y trahere. No digo que la inspiración sea musical, pero sí puede de alguna manera ilustrar la correspondencia en las artes sin que en este caso me refiera al color o a los arpegios de colores sino a una especie de bruma que como sucede en ciertas regiones matiza los conjuntos creándoles una atmósfera particular a esa combinación de formas geométricas fragmentadas que suelen aludir o esconder presencias.

Lo primero que puede decirse de estas piezas, todas verticales y exclusivamente en dos formatos: 150 por 100 y 100 por 80, es que son muy profesionales, no son hechas al acaso ni con ánimo exaltado de expresión, sino meditadas y hasta calculadas para crear efectos, mismos que son parecidos entre sí salvo que el artista ha procurado al extremo que a la vez todas difieran en cuanto a composición.

Por eso me ha parecido que el conjunto podría denominarse tema con variaciones al modo como ciertos músicos titulan sus composiciones, cuando éstas se basan predominantemente en un proceder que sirve de pattern; uno de los ejemplos clásicos más conocidos serían las Variaciones Goldberg de Bach, pero hay muchos más, aun en la música contemporánea pop.

Estas variaciones pictóricas no tienen nada de pop. Antes, al contrario, es pintura que quiere serlo, no casualidad ni medio expresivo de momento. El autor tuvo una educación en la hoy Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México en un tiempo en el que los programas y sistemas educativos en la entonces Escuela Nacional de Artes Plásticas unían la preparación académico-teórica a una constante práctica disciplinaria, que el entonces estudiante asimiló a consciencia realizando después una especialización en grabado que llevó a cabo en talleres de Tokio.

Sin embargo y recordando otras etapas de su producción ahora que me enfrento a ésta, después de muchos años de haber comentado sus exposiciones y participaciones colectivas, puedo decir sin gran temor de equivocarme que en otros momentos la presencia de recursos gráficos se dejaba sentir con mayor intensidad en su pintura. Esta vez no ocurre lo mismo y hasta la texturización ha cambiado, de modo que los colores algo terrosos, voluntariamente han adquirido una cualidad mate muy delicada como si estuvieran velados en una niebla que no oculta, sino que resalta sus contornos fragmentados.