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El mexicano Raúl Rojas González los desarrolló en casa de estudios de Berlín

Prestan prototipos de automóviles autónomos a universidades de México

La idea es que los estudiantes aprendan la programación de los carros y puedan hacer investigación, afirma

Fomentar mayor participación de la iniciativa privada, propone

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Durante el acto en el que se entregaron los 10 autos a escala, que se llevó a cabo en el Centro Cultural Juan de Dios Bátiz, en el Casco de Santo Tomás. Estuvieron Enrique Fernández Fassnacht, director general del IPN; Radiger Kappes, primer secretario de Asuntos Científicos de la Embajada de Alemania en el país; Raúl Rojas González, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2015, y Ursula Teich, coordinadora general del Año Dual Alemania-México 2016-2017, entre otros participantesFoto Mario Domínguez
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de julio de 2016, p. 2

Llamar a nuestro automóvil para que se dirija desde el punto donde lo dejamos estacionado hasta el lugar donde nos encontramos o conducirlo sin necesidad de poner las manos en el volante, son escenas que podrían parecer de ciencia ficción; sin embargo, gracias al desarrollo de la tecnología todo apunta a que pronto podamos ver esos vehículos.

El científico mexicano Raúl Rojas González, investigador en el área de inteligencia artificial en la Universidad Libre de Berlín, en Alemania, trabaja junto con su equipo de colaboradores en el diseño de automóviles autónomos capaces de funcionar sin un conductor, ya que son programados por medio de sistemas de esa ciencia de la computación. Esos vehículos circulan desde 2007 por las calles de la capital alemana.

Egresado de la Escuela Superior de Física y Matemáticas, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), se acercó a universidades y centros de investigación mexicanos para prestarles por tiempo indefinido 10 coches autónomos a escala –10 veces más pequeños que uno normal– con el objetivo de que los estudiantes aprendan a programarlos y en breve puedan reproducir la tecnología.

En entrevista con La Jornada, Rojas González –ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2015— aseveró: En la Universidad Libre de Berlín hemos desarrollado vehículos autónomos que se conducen por sí mismos, a través de una computadora. La idea de traer estos prototipos a México es que los estudiantes aprendan la programación de los carros y puedan hacer investigación.

Los automóviles a escala miden 42 centímetros de largo, pesan tres kilos y medio y tienen un valor estimado de 3 mil 500 euros, poseen distintos sensores láser, procesadores, cámaras de video y motores, componentes similares a los que usan los vehículos de tamaño natural.

La casa de estudios alemana y el Instituto Goethe hicieron la entrega formal de 10 prototipos a finales de junio pasado. Las instituciones que recibieron un vehículo son la Facultad de Ingeniería y el Instituto de Investigaciones Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la Universidad Nacional Autónoma de México; la Universidad de Guadalajara; el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica; el Instituto Tecnológico Autónomo de México; el Centro de Investigación y Estudios Avanzados, en sus sedes de Saltillo y la Ciudad de México; la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas, el Centro de Investigación en Computación y el Centro de Investigación y Desarrollo de Tecnología Digital, todos del Politécnico.

Año dual

Rojas González estuvo presente en el acto de entrega que se realizó en instalaciones del IPN, como parte del Año Dual México-Alemania.

En entrevista señaló que México tiene que seguir el modelo de Alemania donde la mayor inversión en ciencia y tecnología (más de 50 por ciento del gasto) proviene de la iniciativa privada. Además de que en las universidades no esperan hasta que los jóvenes lleguen al posgrado para desarrollar investigación, pues lo hacen desde que ingresan al primer semestre de la licenciatura.

Las empresas allá, automotrices, químicas, farmacéuticas, de todo tipo, tienen grandes centros de investigación en los que muchas veces se paga mejor que en las universidades. Hay que fomentar que la industria en México también tenga grandes centros de investigación, en los que colaboren los egresados de nuestras universidades.

Esa carencia, enfatizó, se debe al tipo de desarrollo que las autoridades han decidido para el país: ser exportador de materias primas, petróleo, minerales, productos agrícolas y mano de obra. Además, el proceso de industrialización de México siempre ha sido confiar a que lleguen las empresas extranjeras y exporten. Eso está bien, pero se debe desarrollar de manera paralela que las compañías también vengan a hacer investigación para que el país se desarrolle horizontalmente.