La propuesta de revisión curricular de la educación media superior presentada por la Secretaría de Educación Pública (SEP) no sólo plantea un nuevo perfil de egreso de los alumnos, que incluye el desarrollo de habilidades socioemocionales y de educación financiera como parte de su formación obligatoria, sino aplicar nuevos esquemas de evaluación para determinar el manejo de competencias.

La iniciativa contempla que todas las escuelas de bachillerato, de los más de 30 subsistemas a escala nacional, cuenten con normas, pautas y protocolos de seguridad, convivencia, buen comportamiento del personal y prevención del acoso escolar.

Se busca también fortalecer la autonomía de gestión de cada plantel y hacer de los directores gestores, para garantizar que las escuelas tengan instalaciones y equipamiento adecuado.

En dicha propuesta se reconoce que si bien en menos de una década se han implementado tres reformas curriculares a este nivel educativo, que atiende a cerca de 5 millones de alumnos, no acaba de configurar señas claras de identidad. Muchos piensan además que la educación media superior vive una suerte de disfuncionalidad.

Afirman que la queja más frecuente es que el bachillerato no prepara con suficiencia y pertinencia a los estudiantes para desenvolverse plenamente en el mundo del trabajo. Por ello propone que el nuevo currículo se actualice de forma permanente, que sea flexible y culturalmente pertinente.

El perfil de egreso del bachillerato incluye 12 ejes: el alumno que concluya este nivel debe tener sentido de pertenencia y amor a México; respeta la diversidad, favorece la convivencia y se preocupa por el medio ambiente; valora el arte y la cultura; colabora de forma constructiva; se comunica con eficacia; usa sus habilidades digitales; busca entender su entorno; piensa de manera crítica; razona y aplica conceptos numéricos; conoce y entiende aspectos financieros básicos, y regula sus emociones y cuida su salud.

El documento destaca que tanto la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) de 2008 como la implementada en 2012, luego de la aprobación constitucional del mandato de obligatoriedad para este nivel educativo, reportaron avances, pero insuficientes.

Por ello, con la aprobación de la reforma educativa de 2013, que incluye la formación media superior, la SEP reconoce la necesidad de revisar las competencias del perfil de egreso y de transformar, en consecuencia, algunos aspectos curriculares, incluida una revisión de la pertinencia y relevancia de los contenidos temáticos de los programas de estudio vigentes.

La dependencia federal propone para la remodelación curricular de este nivel educativo, tres ejes centrales: proceso de implementación del enfoque de competencias, definición del perfil de egreso, y organización de los contenidos, lo que incluye conocimientos, habilidades, capacidades y valores, así como nuevos mecanismos para evaluar su aplicación práctica.

A ese respecto, destaca que se priorizará la diversificación de metodologías de evaluación, incluida la aplicación de exámenes generales orientados a valorar habilidades de pensamiento y el diseño de rúbricas de evaluación que permitan obtener indicadores del proceso de enseñanza-aprendizaje con evaluaciones externas, autoevaluación y coevaluación.

También se prevé implementar prácticas de trabajo colaborativo virtual, portafolio de evidencias de trabajo en el aula y el uso de evaluaciones mediante argumentación y ensayos, entre otros procedimientos.

Debido a que entre los objetivos prioritarios de la nueva propuesta educativa y curricular del bachillerato se incluye crear una cultura organizacional de cada plantel, también plantea crear instrumentos de seguimiento del desarrollo formativo y la trayectoria de cada alumno desde su ingreso hasta la conclusión de sus estudios, por lo que, afirma, se desarrollará un sistema de registro con componentes comunes a todos los sistemas.