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Cristiano se vistió de héroe; acertó el quinto tiro de pena máxima, para superar 5-3 al Atlético

Real Madrid, máximo ganador de la Champions; conquista su título 11

Tuve una visión: que marcaría el penal de la victoria, señaló el atacante portugués

Zidane expresó amor eterno al cuadro merengue

Perder dos finales es un fracaso, admitió Simeone

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Los jugadores festejan con el técnico Zinedine Zidane, quien llegó al cargo apenas hace seis mesesFoto Xinhua
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Cristiano Ronaldo, en el momento de dar el triunfo al conjunto blanco en el estadio de San SiroFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 29 de mayo de 2016, p. 9

Milán.

Cristiano Ronaldo fue el héroe de una emotiva tanda de penales (5-3) que dio al Real Madrid su undécimo título de la Liga de Campeones ante Atlético de Madrid, tras el empate 1-1 en 120 minutos de un partido dramático. El equipo merengue manda en Europa. Nadie tiene más títulos que él.

Esta vez tuvo el aplomo de un conjunto que sabe cómo resolver finales y tuvo la suerte que, según dicen, debe tener todo campeón. En contraste, los colchoneros vivieron un destino cruel. Otra vez.

El partido fue de menos a más, hasta acabar en pura taquicardia. Una primera parte poco llamativa dio paso a una segunda vibrante. Luego la emoción opacó al futbol.

Cuando se esperaba a un Atlético de Madrid intenso en la presión adelantada, al menos los primeros minutos, lo cierto es que prefirió plegarse atrás y esperar cosas que no sucedieron. En cambio, el cuadro blanco ofreció la puesta en escena propia de un equipo que sabe jugar como pocos las finales.

Pero el Atlético cometió un error difícil de ver en un equipo tan dominador de los aspectos defensivos esenciales. Concedió faltas a su rival, que es imponente en el juego aéreo. Así llegaron las dos oportunidades más claras de los merengues en la primera parte.

Otra vez Ramos

A los cinco minutos, Gareth Bale lanzó el esférico a Karim Benzema y éste remató a tres metros del arco, donde el portero Jan Oblak lo sacó con una milagrosa intervención. Sin embargo, nada pudo hacer para impedir el gol rival, que llegó poco después.

Ocurrió al 15, en otra falta regalada que acabó en remate de cerca. Fue Ramos, otra vez él, como en la final de hace dos años en Lisboa. También es cierto que marcó en un posible fuera de juego que los jueces no vieron.

Si ya estaba cómodo, el Real Madrid pasó a jugar más relajado. Los colchoneros sólo se decidieron a intentar cosas en el ataque en la parte final de la primera mitad, con su oponente bien agrupado y sumando a Bale al centro del campo para defender. Sólo Antoine Griezmann destacó ligeramente entre los intentos rojiblancos, que no consiguieron inquietar el arco protegido por Keylor Navas.

El cambio del técnico Diego Simeone en la segunda parte fue lógico. Quitó del campo a Augusto Fernández y añadió profundidad y calidad en el ataque con el belga Yannick Carrasco, pero la primera gran oportunidad atlética no llegó por méritos propios, sino por concesión ajena.

Fue al minuto 47, cuando Pepe cometió un error impropio de su experiencia y derribó a Torres en el área. En el cobro Griezmann apostó por la fuerza desmedida y el penal lo estrelló violentamente en el larguero.

El conjunto colchonero era para entonces el gran dominador ante un Real Madrid vestido con el disfraz rojiblanco, el de un equipo preocupado preferentemente por defender. Y comenzó a sufrir, también porque no sabía cómo retener el balón.

No obstante, el empate llegó al 78, con Carrasco, tras una incursión de Juanfran por la derecha para provocar el delirio de su afición. La final mejoraba y para eso, cualquier posibilidad. El duelo se fue a la prórroga.

El tiempo añadido se cobró muchos heridos, jugadores que se iban al suelo por la fatiga, calambres y la urgencia de oxígeno, que buscaban mirando al cielo. Cristiano Ronaldo lucía disminuido, cojeaba de manera notoria. La prórroga ya era dramática, una guerra en la que sólo faltaba por comprobar quién sería el caído final. Y tuvo que dirimirse con la vía fatal de las penas máximas.

Ahí triunfaron los merengues, porque marcaron todos sus lanzamientos con la sangre fría de un equipo que lleva el gen ganador en el escudo (Lucas Vázquez, Marcelo, Gareth Bale, Sergio Ramos y Cristiano). Por los rojiblancos marcaron Griezmann, Gabi, Saúl Ñíguez, pero Juanfran mandó al palo el cuarto lanzamiento.

Sabíamos que sería un partido difícil, los penales siempre son una lotería. Tuve una visión: vi que iba a marcar el penal de la victoria y por eso le pedí a Zidane que me pusiera el quinto, dijo Cristiano en una entrevista al finalizar la tanda de disparos.

El atacante portugués destacó también el trabajo fenomenal del francés Zizou, quien guió al conjunto blanco al título de la Champions, pocos meses después de haber asumido el cargo.

Ha hecho un trabajo fenomenal. Lo merece. Lo que más quiero es que pueda estar con nosotros la próxima temporada, dijo el atacante sobre el técnico.

El entrenador prometió amor eterno al club, después de levantar la orejona con el Real Madrid, tanto como jugador como entrenador: Es el equipo de mi vida, el que me ha hecho más grande. Ser parte de él y de este proyecto es un orgullo para mí.

Hace seis meses el campeón mundial en 1998 entrenaba al Castilla, segundo equipo merengue.

Zinedine Zidane levantó la novena Liga de Campeones con el Real Madrid como jugador, la décima como asistente de Carlo Ancelotti (2014) y la undécima la logró desde el timón.

En el extremo opuesto, el entrenador del Atlético, Simeone, lamentó su derrota y asumió el fracaso, por lo que aseguró que pensará sobre su continuidad en el banquillo rojiblanco.

Del segundo no se acuerda nadie, perder dos finales es un fracaso. El Madrid fue mejor porque ganó, el que gana siempre es el mejor, puntualizó.