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Brasil, modernizado

Golpe con tufo gringo

Canal 11, una vez más

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Masivas protestas contra el nuevo presidente interino de Brasil, Michel Temer, en Sao Paulo. En Brasilia, los manifestantes corearon consignas como Golpistas fuera frente al palacio presidencial de Planalto, en respaldo a la mandataria Dilma Rousseff, contra la que se lleva a cabo un juicio político, calificado como golpe de Estado por la falta de pruebas que demuestren su culpabilidadFoto Afp
E

l golpe de Estado en contra de Dilma Rousseff es un escándalo internacional. Sus ejecutores (sobre todo los intelectuales) descaradamente violentaron el sistema democrático que de dientes afuera tanto presumen y defienden, al tiempo que para alcanzar su objetivo ya no requirieron –como en décadas pasadas– de los ejércitos nativos ni de gorilas tipo Castelo Branco, Costa e Silva, Garrastazu Médici, Geisel o Baptista Figueiredo. Con la corrupta clase política autóctona fue suficiente.

Vale recordar que si bien la utilizada en Brasil es una técnica que para algunos aparecería como novedosa, en realidad no es la primera vez que los ejecutores la ponen en práctica, pues a principios de los años 80 fue exitosamente probada en México con la llegada de los tecnócratas a Los Pinos, los cuales de inmediato pusieron manos a la obra, según lo acordado, con el aplauso de la clase política.

Cómo olvidar lo que Miguel de la Madrid y sus muchachos hicieron nada más llegar a Los Pinos, en diciembre de 1982 (cuando Brasil se mantenía bajo la bota militar) y compararlo con lo que Michel Temer decretó al poner un pie dentro de Palacio de Planalto. La única diferencia es el idioma local (el guión siempre es en inglés), pero el objetivo es el mismo.

La información publicada por La Jornada dice así: el gobierno interino del presidente en funciones Michel Temer anunció en su primer día de labores un cambio de rumbo para combatir la grave crisis económica que enfrenta Brasil con propuestas radicales, como un amplio recorte del gasto público, reformas laborales y al sistema de pensiones, y una posible implementación de nuevos impuestos con el fin de aumentar los ingresos y equilibrar las cuentas públicas. Vamos a cortar gastos, privilegios de quienes no los precisan. Mi gobierno es de salvación nacional.

Se trata de la versión brasilera de las medidas dolorosas pero necesarias de Miguel de la Madrid, es decir, las mismas que a lo largo de 33 años (seis gobiernos neoliberales) no han parado, y que en México sólo desmantelaron el aparato productivo del Estado para traspasarlo a manos privadas, concentrando la riqueza y el ingreso, y depauperando a la población.

La diferencia entre los golpistas mexicanos y los brasileros es que a los primeros no hubo necesidad de presionarlos, ni siquiera de convencerlos, porque fueron ellos mismos (técnica Miramón y contlapaches) quienes abrieron la puerta de par en par –por decirlo de forma fina– y alegremente entregaron el país. El dinero y la impunidad ya los tenían. De hecho, muchos de ellos forman parte de la primera generación de gringos nacidos en México, y desde entonces no sueltan el poder.

Así como los ejecutores seleccionaron a Miguel de la Madrid como la cabeza visible para llevar a cabo el plan mexicano, Michel Temer fue el idóneo para la versión brasilera: informante de la CIA, denunciado como integrante de un esquema ilegal de compra de etanol, acusado de controlar la corrupción en el puerto marítimo de la ciudad de Santos y condenado por irregularidad en gastos en campañas electorales (La Jornada, Eric Nepomuceno), entre otros democráticos atractivos.

Por si fuera poco, siete de los nuevos ministros en el gobierno de Temer están bajo investigación judicial por corrupción. Una característica común a los integrantes del gabinete es que todos son hombres, blancos y muy ricos. Blairo Maggi, multimillonario, uno de los mayores productores mundiales de soya, asume la cartera de Agricultura. Maggi es uno de esos terratenientes que padecen ataques de urticaria ante la simple mención de las palabras reforma agraria (La Jornada, Eric Nepomuceno).

El nuevo ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, es el más poderoso (versión brasilera del ministro del (d) año de México). Tardó más en llegar al hueso que en anunciar la adecuación del tamaño del Estado (aquí la versión se presentó como combatir el Estado obeso o adelgazar al Estado), que no es otra cosa que privatizar todo, y la implementación de reformas, la laboral y la del sistema pensionario en primera línea.

Rapidito y de mal modo Temer desapareció el Ministerio de Cultura (por el masivo rechazo de intelectuales y artistas al golpe institucional) y las secretarías de Derechos Humanos, Igualdad Racial y Mujeres. Y en el gabinete de Temer hay de todo, menos gente decente.

En fin, entre golpistas te veas, y en Los Pinos públicamente no han dicho ni pío.

Las rebanadas del pastel

Canal 11, una vez más. Trabajadores de la televisora del Estado denuncian que Jimena Saldaña, ex secretaria de Mario Vázquez Raña, y desde el primero de octubre de 2015 directora de nuestra emisora, trabaja además, de tiempo completo, para la Organización Deportiva Panamericana de la que es secretaria general (también es vicepresidenta del Comité Olímpico Mexicano, del que Vázquez Raña prácticamente fue dueño). Para ella no es problema que ocupe dos plazas simultáneamente y pregona que Peña Nieto y Aurelio Nuño le permiten hacer lo que quiera y que no la moverán del cargo. Otro que lo afirma es Roberto Kenny Espinosa, en quien Jimena Saldaña delega toda su responsabilidad. Este personaje asume, de facto, el cargo de director general y sus decisiones afectan a todos y a todo. Su trato con los trabajadores es altanero, prepotente, soez. Lo extraordinario es que Kenny Espinosa no aparece en el organigrama de la institución; tampoco en la nómina ni en la plantilla de personal. Por esta razón, la Secretaría de la Función Pública desconoce su existencia como funcionario de Canal 11. Algo que también oculta muy bien es que nadie sabe a cuánto asciende su salario, dónde lo cobra y quién se lo paga. Kenny oculta sus movimientos, porque está inhabilitado para laborar en la función pública. El primero de febrero de 2011 el Comité Organizador de los Juegos Panamericanos de Guadalajara lo nombró subdirector de televisión para ese evento, con un sueldo mensual de 100 mil pesos. Sin embargo, en el momento de su liquidación cobró mucho más. El abuso fue detectado por la Contraloría General de Guadalajara, la que denunció el hecho ante la ahora Secretaría de la Función Pública. Al llegar a Canal 11 Kenny procedía de Tv Azteca, de donde también habría salido por malos manejos. Este personaje contrató a Claudia Solís Beltrán, quien no sólo está inhabilitada, sino boletinada por la SFP. En Canal 11 está a cargo de la Subdirección de Promoción. Operamos con los técnicos más limpios de su género, pero ahora nos conducen al desprestigio total.

Twitter: @cafevega