Sociedad y Justicia
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Los efectos, desde irritación de mucosas hasta descompensación grave: especialista

Partículas finas por polución ambiental pueden llegar a todo el aparato respiratorio
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El martes pasado, transportistas y automovilistas particulares quedaron varados en la caseta de cobro a Tepoztlán debido a la aplicación del doble Hoy no circulaFoto Guillermo Sologuren Juárez
 
Periódico La Jornada
Domingo 10 de abril de 2016, p. 30

Las partículas PM 2.5 o menores dispersas en la atmósfera son las más riesgosas para la salud porque son capaces de llegar incluso al alveolo, que es la parte más distal del sistema respiratorio, advirtió Jorge Salas Hernández, director general del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).

En entrevista con La Jornada, explicó que están consideradas partículas finas, por lo que pueden tener acceso prácticamente a todo el aparato respiratorio, y añadió que, a través de diferentes vías, son capaces de causar disminución en los mecanismos de defensa de ese sistema, inflamación de las vías respiratorias y alteraciones en algunas de las células que componen la vía respiratoria, por lo cual en las personas con padecimientos crónicos pueden aumentar los síntomas.

El especialista explicó que los efectos que puede tener la polución ambiental en la salud dependen de diversos factores, como la intensidad de la contaminación, el patrón de actividad y tiempo de exposición de una persona, el estado de salud y factores propios de cada individuo.

Asimismo, dijo que el estado de salud de cada persona influye en el impacto que tienen los contaminantes; en sanos puede no causar ningún daño o sólo molestias transitorias por irritación de mucosas; en cambio, en quienes tienen padecimientos respiratorios crónicos puede ocasionarles descontrol.

Salas Hernández subrayó que las manifestaciones del efecto de los contaminantes en el aparato respiratorio pueden ser agudas o crónicas. Las primeras son irritación de mucosas de ojos, nariz, garganta y bronquios, así como cambios transitorios en la función respiratoria y en los mecanismos de defensa (infecciones); los crónicos incluyen descompensación de gravedad variable de la enfermedad crónica (asma y EPOC), así como cambios en la función respiratoria.

Agregó que cabe la posibilidad de que en algunos individuos exista predisposición genética a mayor daño, lo que explicaría por qué muchos millones de personas en todo el mundo, a pesar de estar expuestas a la contaminación del aire, no desarrollan enfermedades.

Sobre la posibilidad de que los altos niveles de contaminación ambiental originen muertes, apuntó que es muy difícil estudiar ese aspecto, ya que a lo largo de su vida, las personas están expuestas a respirar cantidades variadas de elementos que pueden afectar el aparato respiratorio. Nadie en el mundo sólo está expuesto a contaminantes y no a otros agresores como virus, bacterias, hongos, ácaros, alérgenos y polvos.

El aire que respiramos está compuesto prácticamente por todos estos elementos y más, de forma que es muy difícil atribuir únicamente a contaminantes la causa de la muerte; sin embargo sí es claro que los grupos vulnerables están en mayor riesgo de los efectos dañinos de la contaminación ambiental, debido a que cuando se elevan los niveles aumenta la inflamación de las vías respiratorias y disminuyen los mecanismos de defensa.

Desglosó que los grupos de alto riesgo de descompensación de enfermedades crónicas, particularmente son los de enfermos respiratorios y cardiovasculares; quienes cursan asma pueden desencadenar crisis, y los pacientes con EPOC pueden aumentar los síntomas respiratorios y las infecciones.

Salas Hernández refirió que si estos casos se complican por esta asociación de factores, aumenta el riesgo de muerte.