La última auditoría destinada a super-visar el diseño y funcionamiento de los sistemas y procedimientos para la verificación vehicular por la Auditoría Superior de la Ciudad de México data de hace 20 años.

El informe del órgano de fiscalización de la ALDF, que corresponde a 1996, considera de hecho difícil y en ocasiones impráctico revisar sistemas y procedimientos que estuvieron en uso hace más de un año, y añade que las recomendaciones basadas en los resultados de su revisión ya no serían aplicables o, al menos, serían poco provechosas.

Señala irregularidades en los infor-mes que los verificentros entregaron a la autoridad como certificados del estado de México falsos; memorándums en los que aparecían en cero las lecturas de medición de hidrocarburos, monóxido de carbono y oxígeno que debían ser positivos; verificentros que reportaron no haber trabajado para calibrar los equipos y sin embargo emitieron certificaciones.

Advirtió que no se reportaba la totalidad de irregularidades detectadas ni se daba seguimiento a la corrección de deficiencias.