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El escritor recibió en la Filey el Premio Excelencia en las Letras

En este país la literatura tiene un valor político que no pidió: Villoro
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Juan Villoro, Elena Poniatowska, Cristina Pacheco y Rolando Zapata, gobernador de Yucatán, en la apertura de la FileyFoto Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya
Periódico La Jornada
Domingo 13 de marzo de 2016, p. 5

Mérida, Yuc.

“En un país donde el presidente de la república ignora la legalidad y donde un procurador llama ‘verdad histórica’ a una hipótesis indemostrable, la literatura tiene un valor político que no ha pedido, pero que no puede dejar de ejercer: cuenta la trama oculta y genuina de la vida, donde ‘los días no se nombran’, como diría Pacheco”, declaró Juan Villoro Ruiz, al recibir el Premio a la Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco, de manos de Elena Poniatowska, Cristina Pacheco y el gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello.

Expresó que José Emilio Pacheco también tuvo éxito en todos los géneros literarios y luchó por preservar la soberanía de la cultura en un país asediado por la desigualdad, la violencia y la corrupción. Consideró que su obra es un “riguroso sistema de alarma ante las catástrofes que se ciernen sobre México.

Aprendemos geografía a través de las tragedias: Tlatelolco, Aguas Blancas, Tlatlaya y Ayotzinapa; nombres propios del oprobio, declaró, tras recibir el galardón en la inauguración de la quinta edición de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) 2016.

Vivimos en una época de quebrantos, pero no podemos dejar de imaginar mundos posibles. El arte no cierra los ojos ante los espantos, pero también demuestra que, incluso en el horror, hay algo que no es horror. Preservar la ironía, la sensualidad y la experiencia lúdica son tareas de resistencia. El escritor hace el recuento de los daños con historias que, por más tristes y más rusas que sean, producen placer estético, agregó.

El autor de Palmeras de la brisa rápida destacó sus raíces yucatecas y enfatizó la necesidad de revalorizar a los pueblos originarios de México, olvidados por el gobierno.

Manifestó que los mayas y pueblos indígenas de México viven una situación en la que es más difícil aceptar que pertenecen a la actualidad. Señaló que los zapatistas lograron que la agenda de la modernidad incluyera el tema indígena.

Luego de un largo proceso, el gobierno firmó con los zapatistas los Acuerdos de San Andrés, que no se han convertido en ley por incapacidad de todos los partidos político. Mientras tanto, las comunidades indígenas se han dedicado al heroísmo de la vida diaria. No puedo recibir un premio en zona maya sin pensar en quienes piden justicia en tzotzil, tzeltal o tojolabal y desean algún día que este país se pueda mandar obedeciendo, manifestó.

Anunció que los 150 mil pesos del premio serán donados a las comunidades zapatistas de Chiapas para que continúen con sus tareas en salud y educación. Aunque repiten: ayúdennos a no ser necesarios, por el momento son imprescindibles, agregó.

“La literatura se dedica a mezclar el tiempo. Podemos conversar con los difuntos e imaginar futuros. Somos contemporáneos del Popol Vuh y civilizaciones por venir”, expresó.

La generosa disposición de todos ustedes me hace sentir que no he llegado a Yucatán: he regresado.