Opinión
Ver día anteriorDomingo 6 de marzo de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Obra magna
A

cabo de recibir el Atlas Geográfico, Estadístico e Histórico de la República Mexicana, que realizó Antonio García Cubas, publicado por primera vez en 1858. Lo elaboró mediante la compilación de las mediciones y los mapas regionales más importantes que se habían realizado hasta esa fecha. Fue el primer atlas del territorio nacional que se hizo después de la Independencia.

Hojeo la impresionante obra y vuelvo a sentir asombro y profunda admiración por esos hombres del siglo XIX que realizaron obras magnas, usualmente en condiciones políticas y económicas extremadamente difíciles y sin más instrumentos que lápiz y papel.

Recientemente se juntaron varias instituciones: el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la Universidad Nacional Autónoma de México, El Colegio Nacional y el editor Miguel Ángel Porrúa, para realizar una edición facsimilar. La obra es impresionante y guarda un enorme interés.

Nos permite conocer cómo era el territorio nacional en ese convulso periodo. Había transcurrido sólo una década de que habíamos perdido la mitad de la superficie del país, tras la artera invasión de Estados Unidos y la firma del tratado Guadalupe Hidalgo. Era fundamental reforzar la identidad nacional y la unidad territorial. Sin duda, en este proceso tuvo un papel importante el atlas de García Cubas.

Como un regalo especial, el facsímil incluye un Estudio Introductorio, ni más ni menos que de Miguel León Portilla. El minucioso e interesante trabajo nos permite apreciar la lucidez y frescura que conserva don Miguel a sus 90 años. Comienza con una semblanza biográfica de García Cubas y nos brinda antecedentes y un análisis de la obra que nos orienta en la consulta. Asimismo, nos acerca a otras relevantes aportaciones de quien es considerado el padre de la geografía en nuestro país. Menciona 38 obras que no son todas, ni incluye artículos y trabajos menores; la mayoría son de carácter cartográfico, histórico y estadístico.

No omite mencionar el maravilloso Libro de mis recuerdos, compendio de crónicas notables sobre la vida en la ciudad de México en esa época. En varias ocasiones lo hemos mencionado porque sus amenas reseñas nos trasladan a las costumbres, mentalidad, fiestas, personajes y monumentos de la ciudad decimonónica.

Uno de los testimonios más valiosos es sobre los grandes conventos que vio desaparecer por las leyes de Reforma. Consciente de la trascendencia histórica de este hecho, buscó visitarlos antes de su destrucción y nos brinda una crónica detallada de sus contenidos, costumbres e historia. Con la misma minuciosidad nos habla de los distintos aspectos de esa sociedad en transformación.

Continuando con el texto introductorio de León Portilla, nos descubre que García Cubas cultivaba una gama de intereses culturales. Durante su juventud sintió inclinación por el dibujo y la pintura y fue condiscípulo y amigo de José María Velazco y Casimiro Castro. Con este último hizo un largo recorrido para realizar el Álbum del ferrocarril mexicano.

La música también estuvo entre sus intereses, lo que lo llevó a participar en la creación del Conservatorio Nacional y otras instituciones relacionadas con la materia. Y aún hay más: su afición por la astronomía, relacionada con su profesión de geógrafo y cartógrafo, determinó que participara en el establecimiento de un observatorio en la azotea de Palacio Nacional.

Al acercarse la hora de comer, recordamos las reseñas que hace García Cubas en El libro de mis recuerdos sobre las comidas de Cuaresma y decidimos ir al restaurante El Danubio, situado en Uruguay 3. El cronista enumera los alimentos por clases sociales; lo que se comía en las casas de los ricos a las de los más pobres y en ninguna faltaba pescado. Los traían de los lagos de los alrededores y las especies finas de pueblos lejanos; se vendían en las calles con pregones.

La misma oferta encontramos en El Danubio: langostinos y huachinango o una sencilla mojarrita rebozada. De la carta con lujosos platillos al económico menú corrido, sea lo que seleccione, todo es sabrosísimo.