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Soy una revolucionaria y una militante, afirma la escritora en charla con La Jornada

Katiuska Blanco cree en el valor de la obra, no en el elogio per se

La imparcialidad no es de su interés, pues todo el mundo mira con ojos propios

Del libro Guerrillero del tiempo: conversaciones con el líder histórico de la Revolución Cubana, espera algún día dar a conocer la segunda parte

También es autora de Ángel: la raíz gallega de Fidel

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Es imposible acercarse a una vida, a una historia o a un acontecimiento olvidándose de lo que uno es, afirma Katiuska Blanco Castiñeira a La Jornada, durante la entrevista con la biógrafa de Fidel Castro efectuada en la embajada de Cuba, en PolancoFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de marzo de 2016, p. 2

De periodista del diario Granma a biógrafa de Fidel Castro Ruz, la investigadora y escritora cubana Katiuska Blanco Castiñeira (La Habana, 1964) no cree en la imparcialidad.

“Soy una revolucionaria y una militante; mis convicciones me pesan en todo lo que hago. Ahora, sí creo en la seriedad y que para no cometer errores se debe investigar en profundidad, apegarse a los hechos, a los documentos históricos, a los registros, a los testimonios, pero éstos una y otra vez verificados, consultados.

Por eso, lo que uno escribe el valor se lo da la seriedad con la que uno ha trabajado, el estudio profundo de los aconteceres. No creo en la imparcialidad, todo el mundo mira con ojos propios. Es imposible acercarse a una vida, a una historia o a un acontecimiento olvidándose de lo que uno es, expresa a La Jornada.

Sin embargo, más que una biógrafa, y mucho menos oficial de Castro Ruz, la autora se siente una colaboradora del comandante en jefe de la revolución cubana en muchos aspectos. Pienso que hay una intención a veces de mediatizar el trabajo, pero si es una persona cercana, oficial, no se puede confiar mucho en el criterio porque será uno obnubilado, elogioso siempre. No creo que sea así. Si es elogioso es porque los hechos comprueban que merece el elogio, no por el elogio en sí.

El llamado de Fidel

La cercanía de Katiuska Blanco con Fidel Castro se remonta a sus días de periodista, cuando el líder cubano se reunía casi todos los días con jóvenes, niños, estudiantes de técnico medio, con los que estaban en las escuelas para obreros calificados, con los universitarios. Luego, le tocó escribir las crónicas de unas expediciones que jóvenes cubanos hacían a México en barco para rembarcarse en Tuxpan “como si hiciéramos la travesía del Granma”.

De regreso a su país escribió el libro Después de lo increíble, publicado primero en México (1993). Una dedicatoria suya para Castro Ruz atrajo la atención del líder, quien la mandó llamar y le concedió una entrevista.

De alguna manera empezó una especie de relación que no era cotidiana, pero cada cierto tiempo yo escribía algo que le llamaba la atención y me mandaba buscar, expresa.

Con motivo del cumpleaños 70 de Castro Ruz, éste la incluyó en un viaje realizado a Birán, lugar que lo vio nacer, en el que también iban el Nobel colombiano Gabriel García Márquez y su esposa Mercedes Barcha. Fue entonces que el periodista Guillermo Cabrera Álvarez le dijo que tenía que hacer un libro sobre Fidel que recogiera toda la historia de Birán.

Blanco Castiñeira se puso a trabajar de inmediato, sin embargo Todo el tiempo de los cedros: paisaje familiar de Fidel Castro Ruz tardó en publicarse. Al ser ya colaboradora de la oficina de asuntos históricos, el comandante asistió un día a un acto de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, le puso la mano en la cabeza y preguntó: Esa investigación que hiciste, ¿cuándo se va a publicar? Salió a la luz en 2003. Un lustro después publicó Ángel: la raíz gallega de Fidel.

Hacer valer la cubanía

Cuando el comandante se enfermó en 2006 realizaba una revisión del libro Biografía a dos voces: o cien horas con Fidel, de Ignacio Ramonet, así que necesitó de una persona que lo apoyara para que todo lo que ampliaba fuera incorporado al material que iba a la imprenta, tarea de la cual se encargó la periodista.

También le correspondió cuidar las ediciones de otros libros de Castro. En 2012, Blanco Castiñeira publicó Guerrillero del tiempo: conversaciones con el líder histórico de la Revolución Cubana, cuya segunda parte espera algún día dar a conocer.

–Sus libros sobre Fidel, ¿cómo se diferencian de otros que se escriben?

–Para mí hay una cosa muy importante que es mi cubanía. Es difícil, no digo imposible, escribir de Cuba sin ser cubano porque hay cosas que son las que le llegan a uno del recuerdo del pasado que aparecen en los libros, sino que están en los padres de uno, en las costumbres de la casa. Eso hay que acompañarlo con una investigación seria.

Reconoce una influencia muy grande de Fidel Castro en aspectos, por ejemplo, como el afán de estar perennemente informado. No le digo cotidianamente, sino hora a hora, de recibir información, cables, estar constantemente actualizándose. Lo mismo de dar entrevistas, no estaba acostumbrada, pero se trata de trabajo de promoción, de explicar las ideas de la revolución, de las cosas que sucedieron y cómo sucedieron.