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Ortiz salva la vida al evitar salto en el Niágara

Jackson apoya estudios sobre la médula osea
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de marzo de 2016, p. a15

Si el británico Colin Jackson busca alternativas para salvar vidas a través de la investigación sobre la médula espinal con el dinero que se aporta en una carrera global, un kayaquista mexicano, Rafael Ortiz, relata en el documental Navegando por el Niágara la forma en que decidió conservarla sin saltar los 52 metros que le habrían costado la existencia.

La ponencia del medallista olímpico en Seúl 88 fue breve para llamar a las personas a participar en la carrera del 8 de mayo en diversas ciudades del mundo, en la que México tiene programada Zapopan, Jalisco, a una distancia de 100 kilómetros o hasta donde alcancen las fuerzas.

Invitado por una empresa internacional y algunos medios deportivos, el ex vallista dijo estar agradecido con los que creen en el proyecto que comenzó hace dos años y aunque no mencionó cifras aseguró que el dinero irá a la fundación que apoya para los científicos y laboratorio dedicado a la investigación.

Sin embargo, las ovaciones se las llevó Rafa Ortiz en el Centro Cultural Roberto Cantoral. El kayaquista veracruzano, uno de los mejores del mundo en descensos de cascadas, transmitió en su película la adrenalina y emoción de un deporte en el que estuvo a punto de morir un par de veces.

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El medallista olímpico Colin Jackson durante su visita a México para anunciar una carrera mundial en 34 ciudades, entre ellas Zapopan, Jalisco, el 8 de mayo, con el propósito de recabar fondos para investigacionesFoto Roberto García Ortiz

Tres años de preparación en ríos y cascadas en Veracruz, Chiapas y Estados Unidos, los peligros que representaba y lograr una hazaña mundial en el Niágara hicieron valorar lo humano más allá de lo deportivo de una idea estúpida por saltar 52 metros de altura.

La vivencia del kayaquista de 28 años y el grupo de otros jóvenes aventureros terminó en 2012, cuando el mexicano decidió un día antes no hacerlo porque además de correr el riesgo de terminar muerto enviaría a sus compañeros a la cárcel al infringir la ley canadiense.

Los ríos siguen fluyendo y la vida continúa, por eso aprecio estar vivo, señaló en una parte del documental, para luego refrendar que sus planes siguen después de la cruda que vivió pero con cascadas de menor altura.