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Paulina Dávila protagoniza la cinta, basada en la novela del colombiano Andrés Caicedo

“¡Que viva la música! muestra la sicodelia y división racial de Cali”

Del personaje María del Carmen Huerta aprendí muchas cosas, afirma la actriz

Es una mujer de clase alta que rompe con límites geográficos, musicales y sexuales, señala

Se exhibe en la Cineteca

Foto
Paulina Dávila en dos escenas del filme
 
Periódico La Jornada
Jueves 25 de febrero de 2016, p. 8

Cuando el escritor colombiano Andrés Caicedo recibió un ejemplar de su primera novela, se suicidó. Tenía 25 años.

Ese libro, esencial en la cultura popular de Colombia, era ¡Que viva la música!, novela editada en los años 70 que muestra los contrastes sociales, raciales y culturales de Cali.

Narra la historia de la bella María del Carmen Huerta, rubia adolescente de un barrio privilegiado de Cali que decide desclasarse y dejar su zona de confort de vida burguesa: rock, sórdidas fiestas y jóvenes extranjeros atontados por las drogas. Encuentra refugio en la intensidad y el goce de la fiesta en los barrios populares, y su música: la salsa.

Son míticos la novela y su protagonista: María del Carmen, “una mujer que rompe con límites geográficos, musicales, raciales, sexuales... una persona que dijo: ‘voy romper con lo establecido’. Ella es un heroína de Cali, de quien aprendí a llegar hasta las últimas consecuencias”, comenta a La Jornada la actriz Paulina Dávila, quien la encarna en la versión cinematográfica de la historia, que se exhibe en la Cineteca Nacional. Fue estrenada el pasado enero en el festival de Sundance.

Dávila, maestra en artes visuales por la Pontificia Universidad Javeriana, que un día decidió volar en el mundo histriónico, afirma sobre la película: Muestra un lado de Cali que la gente no imagina: su sicodelia, su división racial... marcada por un río...

María del Carmen Huerta era una joven que hablaba con su cuerpo, que fue bastión contra el conservadurismo y la decencia, contra el clasismo y la vida común, una exploración a las fronteras de sí misma.

De María del Carmen me quedó el cariño. Le doy gracias por haber sido tan generosa conmigo. A ella la reconozco cuando voy a bailar, porque nunca más lo voy a hacer como Paulina, sino como ella, asegura Dávila, quien adelantó que participará en una película mexicana.

La actriz afirma que aprendió de esta historia desde el proceso de adaptarse, de cuando tienes el poder de dejarte ir; de no querer controlar tanto, ser amiga del caos, y a soltar el personaje: tener la voluntad de salirte y dejarlo a un lado.

Controversiales

¡Que viva la música!, cuyo guión es de Alberto Ferraras, Carlos Moreno y Alonso Torres, despertó un cariño especial en la actriz, porque todo se hizo con pasión. Siempre me llamó la atención la novela, por lo que hacerla fue una oportunidad que me dejó miles de aprendizajes, como explorar libremente el lenguaje del desapego. El proyecto y el personaje son controversiales, pues tienen que ver con el coraje, que aprendí también de María del Carmen quien va hasta las consecuencias. Yo, como ella, llegué de la mano del director y el libro a lado.

Paulina Dávila explica que para la construcción de su personaje realizó trabajo de mesa, ensayos, habló con gente cercana a Caicedo, y rumbeó en Cali, viví en carne propia cómo se baila y se habla en esa ciudad... en el libro hay mucho material.

Al final, una actriz dedicada sabe que es la gracia de esta procesión: tener la licencia para habitar otra piel; de ser otro cuerpo que habla distinto y toma decisiones diferentes a las tuyas.