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Lo capturaron sin orden de arresto

Congelada, denuncia de detenido contra policías federales por tortura
 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de febrero de 2016, p. 9

El 8 de octubre de 2014 Sergio Ricardo Flores Zurita fue detenido en su domicilio, ubicado en la ciudad de Iguala, Guerrero. Sin embargo, la Policía Federal (PF) informó que era líder de una banda de secuestradores y que su captura había ocurrido en una casa de seguridad, además, lo acusó de delincuencia organizada y portación de arma de uso exclusivo de las fuerzas armadas.

De acuerdo con el expediente de la causa, Flores Zurita denunció ante el juez que había sido torturado por los policías federales que lo detuvieron para que admitiera que era líder de una banda de secuestradores, con la amenaza de que si no lo hacía su esposa y sus hijos la pagarían.

El quejoso, quien luego de haber sido enviado a las instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) en la Ciudad de México fue trasladado a un penal federal de Nayarit), denunció ante el juez décimo de distrito en el estado de Guerrero –quien lleva la causa en esa entidad, porque ahí está radicada la averiguación previa– que fue capturado en su casa, sin órdenes de aprehensión ni de cateo, por un comando de elementos uniformados y un hombre vestido de civil que encabezó los golpes y amenazas en su contra.

A partir de su denuncia, el juez federal notificó a la PGR para que aplicara el protocolo de Estambul, con la finalidad de que se determinara si había sido objeto de tortura. Pero después de más de un año no se ha podido aplicar dicho protocolo, por lo que su demanda contra los policías que lo capturaron sigue congelada.

Denunció que después de ser sacado de su hogar por la fuerza lo llevaron a un domicilio, donde tras golpearlo y amenazarlo lo llevaron a “huellar la casa y lo hicieron que tomara una pistola tipo escuadra. Después le dieron una playera para que se cambiara y lo llevaron donde había otras personas y les tomaron fotografías”.

Durante el traslado por carretera a la ciudad de México, uno de los policías –según la denuncia– le dijo: El güey que te puso me pagó para que te chingara, tiene mucha lana; tú sabrás que pedos tienes en la chamba, tú sabes a quién le ganaste un contrato. A mí sólo me pidieron que te chingara, y yo ya cumplí.