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Fue presentado el catálogo de la exposición con trabajos del binomio montada en el Estanquillo

Toledo y Monsiváis entendieron que los cambios profundos surgen de la cultura
 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de febrero de 2016, p. 7

Poseedores de talentos muy distintos, para Rafael Barajas El Fisgón, en realidad las coincidencias entre el artista Francisco Toledo (1940) y el escritor Carlos Monsiváis (1938-2010) eran enormes.

Ese hecho se explica, según el caricaturista de La Jornada, porque ambos fueron los benjamines, los grandes talentos jóvenes de una generación absolutamente prodigiosa: la de la posguerra, que también cuenta con Octavio Paz, Juan Rulfo y Sergio Pitol.

El Fisgón participó el domingo pasado en la presentación del catálogo Toledo Monsiváis, en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. Ese trabajo acompaña la exposición del mismo nombre, montada en el Museo del Estanquillo Colecciones Carlos Monsiváis, de noviembre de 2012 a febrero de 2013.

Contiene todos los textos (seis) que el periodista y ensayista escribió para Armando Colina y Víctor Acuña, directores de la Galería Arvil, así como de Elena Poniatowska, Sergio Pitol, Francisco Vidargas, el binomio Colina/Acuña y El Fisgón.

Toledo y Monsiváis, señaló el caricaturista, entraron en complicidades desde muy pronto e hicieron una apuesta relevante por la cultura. Entendieron muy bien que los verdaderos cambios políticos, los más profundos que se instalan en una sociedad, lo hacen por medio de la cultura. Eran muy críticos, no hacían ninguna concesión, eran muy puros al debatir, aunque era claro que se tenían mucho cariño. Además, se entendían y hablaban el mismo idioma.

Igualmente, eran muy traviesos, aseguró El Fisgón al referirse a su intercambio respecto de la figura de Benito Juárez. Mientras Monsiváis era una especie de último liberal mexicano, juarista hasta el tuétano, a Toledo el prócer no le caía bien, porque documentó que como gobernador de Oaxaca había ordenado reprimir al pueblo de Juchitán.

Toledo hizo una serie de cuadros supercríticos a Juárez que acabó enviando a Monsiváis y que, en opinión de El Fisgón, constituyen el punto más alto en su colección.

Eduardo Vázquez Martín, titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, los consideró los más grandes promotores culturales que ha tenido este país. Han hecho más que muchas instituciones públicas y con menos presupuesto. Ellos han creado una escuela de lo que es la promoción cultural, este diálogo entre la reflexión crítica, el mayor refinamiento cultural, con una enorme generosidad y el apetito de conocer la gran potencia de la cultura popular.

Celebró que el libro en cuestión haya arrancado con ese, quizá, momento de amistad fundamental que es el movimiento social de Juchitán, la Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo (Cocei), en la que ambos participaron.

Francisco Vidargas, quien hizo la selección de textos y moderó la mesa, dijo que faltaría un segundo libro, esta vez con conversaciones con Toledo sobre Monsiváis.

Barajas también participó ese mismo día en la presentación del relato infantil/juvenil La cuchara sabrosa del profesor Zíper (Fondo de Cultura Económica), con ilustraciones de su autoría y texto de Juan Villoro.