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Gustavo Romero ofrecerá una serie de conciertos solo y con la Ofunam

Oír a Schubert enriquece más que YouTube, afirma pianista

Más que la falta de público el verdadero reto para la música clásica es superar la falta de concentración, dice a La Jornada

La vida es muy rápida y ocupada con Internet, las computadoras, los teléfonos inteligentes; sin embargo, el arte sonoro tiene gran poder de comunicación, opina

 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de febrero de 2016, p. 3

La música de concierto es un recordatorio: no perder lo que realmente importa en este momento en que la rapidez es lo que cuenta, cuando la falta de concentración es la constante, y en el que los medios de comunicación nos dicen qué se debe escuchar, comprar, beber.

Más que la falta de público el verdadero reto para la música clásica es superar la falta de concentración, expresa el pianista Gustavo Romero, quien ofrecerá una serie de conciertos como solista y después con la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Ofunam) entre el 19 y el 28 de febrero.

El programa incluye Sonatas para piano, de Schubert, Sonata op. 1, de Berg, Piezas para piano, de Weber y Seis pequeñas piezas para piano, de Schönberg, mientras con la Ofunam interpretará el Concierto para piano No. 1, de Rachmaninov.

Lo que dicen hoy esos compositores, y en general la música clásica, es que aunque pasen los años tienen algo muy especial, afirma en entrevista desde Dallas, donde es profesor de la Universidad de North Texas. Hoy alguien compone algo, pero se olvida en algunos años. Sin embargo, en la música clásica hay algo de eterno, algo que 200 años después nos sigue creando experiencias. Nos da la lección de que deberíamos tomarnos el tiempo para las cosas que valen y esa música es una de ellas. Tomarnos el tiempo para concentrarnos en cosas que a lo largo de los años aún son sustanciales es significativo.

Existe en la música de concierto “un gran poder de comunicación, nos sigue conmoviendo, y uno se tiene que detener a escuchar, encontrar el momento para hacerlo porque nuestra vida se ha hecho muy rápida y muy ocupada con Internet, las computadoras, los teléfonos inteligentes; todo se mueve tan rápido que no nos tomamos el tiempo. No ponemos atención o esa capacidad de atención se ha hecho más pequeña. Es incluso más difícil concentrarte ahora.

“La concentración ha desaparecido casi por completo; ahora somos multitareas, y estamos condicionados a pensar en momentos muy cortos, así que una sonata de Schubert que puede tener un movimiento que dura 15 minutos demanda cierta forma de escuchar, de concentración. La música clásica nos puede enseñar muchas cosas todavía y creo que eso es muy importante de recordar, porque al final la experiencia que vas a tener si realmente escuchas y aceptas los mensajes y lo que la música puede darte, tienes mayor experiencia escuchando una sonata de Schubert que mirando YouTube.

“Para mí –añade– la música clásica es un recordatorio para no perder contacto con lo que realmente importa. Puede ser Bee-thoven, Mozart; Schubert, toda la música clásica. Es un recordatorio para encontrar lo mejor de uno mismo. Es como el yoga para la mente, no sólo para el cuerpo. La música es yoga para tus oídos y tu espíritu. Tengo 50 años y todavía poseo algunas de las experiencias más hermosas escuchando música. Cualquiera debe intentar encontrar cuál es su propia experiencia con la música, hallar qué música te da esa experiencia maravillosa; puede no ser la clásica, pero hablo de ésta porque creo que tiene el poder más grande para dejarnos vivir esa experiencia maravillosa.

El obstáculo más grande para esa vertiente sonora es esa falta de concentración, ese vivir en un tiempo que no nos da permiso para detenernos y concentrarnos por largos periodos. Es más la falta de concentración que la falta de público porque vemos las salas de concierto llenas.

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La música de concierto nos sigue conmoviendo y uno se tiene que detener a escuchar, encontrar el momento para hacerlo, recomienda Gustavo Romero, profesor de piano en la Universidad de North Texas (captado en Lynchburg, Virginia)Foto © 2008 KG Thienemann ImageArtWork.com

Explica el pianista, de ascendencia mexicana: “Creo que las salas de concierto están llenas porque los seres humanos fuimos hechos para no estar solos; queremos estar en la compañía de otros, salir y escuchar música, vivir algo que es irrepetible. Así que somos una generación de personas que quiere estar en un estadio ya sea para un concierto o un partido de futbol; la gente quiere estar en esos grandes espacios.

Quien no desea estar en esos lugares locos escoge la música clásica, elige algo que no es tan orgiástico y loco, pero todavía quieren estar con otros en esta atmósfera, pero desafortunadamente este aspecto de la falta de concentración ha crecido cada vez más por la naturaleza de los tiempos que vivimos: estamos en un momento en que viajas rápidamente de una ciudad a otra, y la Internet ha sido creada para estar menos enfocados en las cosas; las personas están buscando constantemente esa concentración. Así que concentrarte en cualquier cosa, ya sea tu respiración o escuchar música, es un reto.

Perdemos de vista la voz interior

–¿Cuáles serían los otros retos?

–Creo que estamos tan influenciados por los medios que nos dicen qué tenemos que hacer o escuchar que es muy difícil para las personas ser capaces de hacer distinciones de qué es bueno y qué no lo es, así que pierden el coraje de decir esto no es bueno, no lo voy a escuchar ni a comprar.

“Eso es algo mucho más difícil cuando nos dicen todo el tiempo ‘haz esto, bebe esto, compra esto’, y las personas se convierten en robots. Todo es tan rápido que dejan de pensar por sí mismas; esta habilidad de discernir, evaluar y tomar decisiones. Decir ‘esto es lo que creo, esto es lo que pienso, esto es lo que me habla’, desarrollar tu propia personalidad, tus decisiones individuales, se ha convertido en algo cada vez más difícil porque perdemos de vista nuestra voz interior.

“Cuando las personas ya no se escuchan a sí mismas es algo tan incómodo que prefieren perder el tiempo siendo distraídos por Internet, los comerciales, YouTube. Vivimos en la época del escape ideal, y todas estas formas en las que podemos escapar y entre más escapamos de nosotros mismos más vivimos una vida vacía y no sabes qué es lo que te agrada, sean Chagall o Kafka.

Necesitas saber si te gusta, pero no nos damos ese tiempo. Es una experiencia muy excitante hacer esa jerarquización dentro de tu mente, de lo que te place; si te gustan más las manzanas que las naranjas o si te atrae más la ficción que la no ficción; es muy emocionante tener esa variedad, conocer cosas diferentes; es muy estimulante esa idea, pero ahora veo que eso es más difícil que nunca.

Gustavo Romero, quien toca el piano desde la edad de cinco años, se presentará en la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario este viernes a las 20 horas, el domingo 21 a las 18 horas, el martes 23 a las 20 horas, y con la Ofunam en la Sala Nezahualcóyotl el sábado 27 a las 20 horas y el domingo 28 a las 12 horas.