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Nueve grupos criminales causan violencia y muerte en la entidad

Van más de 190 asesinatos en 44 días en Guerrero, señalan

La disputa, por territorios donde se produce la mayor cantidad de amapola

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La disputa del territorio por grupos del crimen organizado ha provocado olas de violencia en Acapulco, Guerrero. En la imagen, operativo de la Policía Estatal por calles de la ciudadFoto Cuartoscuro
 
Periódico La Jornada
Domingo 14 de febrero de 2016, p. 15

La existencia de nueve organizaciones criminales han ubicado al estado de Guerrero como una de las entidades con mayor violencia y número de ejecuciones a escala nacional. En su mayoría, estos grupos tienen su origen en el cártel de los hermanos Beltrán Leyva, pero a la disputa por territorios se han sumado organizaciones que presuntamente estaban desarticuladas, como Los caballeros templarios, La familia michoacana y, por supuesto, el cártel Jalisco Nueva generación (CJNG), que busca ampliar sus dominios al lugar donde se produce la mayor cantidad de amapola y goma de opio en México.

Funcionarios del gabinete de seguridad nacional señalaron que instituciones como el secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), la Policía Federal y el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi) han contabilizado más de 190 asesinatos en los primeros 44 días de este año, lo que representa un promedio de cuatro ejecuciones diarias, por venganza o por disputa de territorios.

Desde hace más de cinco años, la violencia en Guerrero se incrementó como consecuencia de la muerte de Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, quien fue abatido en Cuernavaca, Morelos, en diciembre de 2009.

Las células de los Beltrán Ley-va, que operaban y mantenían presencia dominante en Morelos, Guerrero y Puebla, así como en la zona metropolitana de la Ciudad de México, se dividieron y comenzaron disputas por el control de territorios.

El mapa delincuencial, de acuerdo con información del gobierno federal, señala que uno de los grupos más violentos es el de Los rojos, que está estructurado en dos facciones: una con presencia en Morelos, cuyo liderazgo recae en Santiago Mazari Hernández, El Carrete, a quien se le atribuye el asesinato, en enero pasado, de la alcaldesa de Temixco, Morelos, Gisela Mota.

La segunda vertiente de Los rojos tiene su centro de operaciones en el municipio de Leonardo Bravo, Guerrero, de donde es originario el clan de la familia Nava Romero, dirigidos por Mateo Nava Romero y Natividad Figueroa Ávila.

Los registros federales indican que a esta agrupación pertenece Zenén Nava Sánchez, El Chaparro, operador en Chilapa de Álvarez, considerado actor principal en la generación de violencia en esa región.

La zona de Chilapa comprende diversas comunidades guerrerenses en las cuales se han denunciado más de 30 casos de desaparecidos, tras ser interceptadas por grupos de hombres armados. Asimismo, en las comunidades cercanas se han descubierto fosas clandestinas.

Las principales fuentes de ingresos de Los rojos son la siembra y cultivo de amapola para la producción de heroína, así como secuestros y extorsiones contra empresarios y mineros de la entidad, señalan los informes federales.

Otro de los grupos que tiene presencia en Guerrero es el Cártel independiente de Acapulco (CIDA), organización que tras las detenciones de sus líderes, Víctor Hugo Aguirre Garzón, El Gordo, y Alejandro Magno Félix, El Ale, se encuentra en una etapa de disputa interna que ha provocado una ola de violencia en el puerto de Acapulco, su principal bastión.

El CIDA se dedica a la distribución de droga al menudeo, secuestro y extorsión, principalmente en el puerto de Acapulco, donde sostiene disputas territoriales con miembros de Los rojos.