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Víctor Urban ofrecerá un concierto el próximo 7 de febrero

El órgano monumental del Auditorio no está desperdiciado

La agenda del recinto y los costos, las razones de su esporádico uso

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Desde 2001, Víctor Urban es el intérprete oficial del instrumentoFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Viernes 22 de enero de 2016, p. 6

Si bien no ha sido posible hacerlo sonar de manera frecuente ni cumplir el ya añejo proyecto de valerse de él para reactivar la cultura organística en México, el órgano monumental del Auditorio Nacional (Oman) está lejos de permanecer subutilizado o desperdiciado.

De ello tiene total certeza Víctor Urbán, quien desde 2001 es el intérprete titular de ese instrumento, el más grande de Latinoamérica y uno de los más notables en el mundo, por sus dimensiones, calidad y rango sonoro.

No está desperdiciado, porque estamos trabajando de manera frecuente con él; vienen escuelas a verlo, así como organistas mexicanos y extranjeros, que en ocasiones lo tocan. Es un instrumento en constante funcionamiento, aunque no para el público en general, afirma.

Consolidado como uno de los más importantes organistas en el país, Víctor Urbán hace tales precisiones a propósito del magno concierto que ofrecerá en ese imponente instrumento el próximo 7 de febrero, al lado de su colega italiano Davide Pinna.

El programa, que contará asimismo con la participación de la Orquesta Filarmónica de Toluca, incluye la Toccata y fuga en re menor de Johann Sebastian Bach; The Lost Chord, de Arthur Sullivan, y la Suite Gótica, de L. Boellmann.

De igual manera, se escucharán el Retablo medieval: concertino, de Miguel Bernal Jiménez; la obertura Poeta y campesino, de Franz Von Suppé, y el final de la Tercera Sinfonía de Camille Saint Saëns.

De acuerdo con Urbán, la intensa programación artística en el Auditorio Nacional ha sido uno de los principales impedimentos para que ese órgano monumental se mantenga en continuo funcionamiento, como se tenía proyectado luego de su restauración, en 2000.

Otra de las razones, explica, es económica, debido a que para programar conciertos exclusivos de ese instrumento, el Auditorio Nacional debe asumir todos los gastos, y estos son muy altos, al no contar con patrocinadores externos, como sí sucede con otros espectáculos.

El intérprete recuerda que el concierto en forma más reciente de ese órgano fue en 2010, como parte de un festival, además de que hasta hace unos años se acostumbraba tocarlo media hora antes de los espectáculos que se realizan en el recinto, práctica que se ha ido perdiendo.

Ahora sólo se le hace sonar media hora antes de las funciones que la Compañía Nacional de Danza realiza en diciembre de El cascanueces, con música navideña. A ello se suma que el pasado 6 de diciembre fue tocado por el estadunidense John Zorn, para acompañar la proyección de la película silente El gabinete del doctor Caligari.

Construido en la década de los 30 del siglo pasado por la casa italiana Tamburini, el órgano monumental del Auditorio Nacional se mantiene en óptimas condiciones, gracias a que se le practica mantenimiento constante, por la compañía mexicana Realejo, la cual se encargó de su restauración, afirma Víctor Urbán.

Los principales trabajos tienen que ver con la afinación, agrega, debido a que es muy susceptible a desafinarse por los cambios de temperatura.

Integrado por 15 mil 633 flautas, que permiten 250 posibilidades tímbricas, este instrumento alcanza las dimensiones de un edificio de tres pisos y pesa cerca de 15 toneladas.

Fue construido con la intención de instalarlo en el Palacio de Bellas Artes, acción que se cumplió en 1934. En ese recinto permaneció sin utilidad durante 23 años como consecuencia de una pésima ubicación, hasta que se decidió trasladarlo en 1957 al Auditorio Nacional. Su costo en el 2000 era de 2.5 millones de dólares.