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El creador catalán recibió la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid

Lo que nos toca de la música está más allá de las notas, reflexiona Jordi Savall

España nunca ha tenido un proyecto para rescatar su rico patrimonio sonoro, lamentó durante la entrega

Cerró con un concierto donde interpretó un programa barroco de viola de gamba

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 22 de enero de 2016, p. 5

Madrid.

Jordi Savall recuerda una cita de Elias Canetti para explicar una de sus convicciones más profundas: La historia, sin la música, sería parcelas muertas. A sus 74 años y con más de 230 discos en su haber, este músico catalán renacentista, investigador infatigable y hombre comprometido con su tiempo, compartió también una enseñanza sincera en sus horas y horas entregado a las partituras: Lo que nos toca de la música está más allá de las notas. Porque el que hace posible que ese sonido tenga sentido es el ser humano.

Savall recibió uno de los honores que más ilusión y emoción le pueden causar, la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid, reconocimiento sin los fastos de los premios públicos, pero que reúne una de las virtudes que más lo enriquecen: el aplauso unánime de otros creadores, ya sean músicos, escritores o artistas plásticos. Por eso recibió con algarabía un reconocimiento que además le sirvió para reflexionar sobre su actividad y para compartir con un reducido número de personas algunos de sus aprendizajes más sabios en su andar por el arte sonoro.

El músico catalán compartió primero un alegato, que tenía que ver también con el motivo por el que hace un año decidió rechazar el Premio Nacional de Música (dotado con más de 100 mil euros) como gesto de protesta por la nefasta y errática política cultural del gobierno español. Por eso su alegato fue para preservar y rescatar del olvido y la ignominia el acervo musical español, del que él mismo es el que más ha hecho por descubrir, difundir y sacar del olvido. Tenemos un patrimonio musical muy rico, pero no vale nada si no sabemos valorarlo; en España nunca ha habido un proyecto para recuperarlo, señaló a quien definieron como arqueólogo de la música antigua.

Savall ha grabado 230 discos y da una media de 50 conciertos al año, pero sus primeros años de músico fueron de duro aprendizaje. Contó que antes de grabar su primer disco con la viola de gamba estuvo nueve años estudiando y practicando con su violonchelo una media de ocho o nueve horas diarias, y después hizo lo mismo con su viola de gamba, pero 10 años más. Gracias a eso se convirtió no sólo en un estudioso entregado del acervo cultural de la música, sino en uno de los intérpretes más grandes de la historia de este bello instrumento.

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Jordi Savall, a quien se considera arqueólogo de la música antiguaFoto Armando G. Tejeda

Cuando Savall habla de su fiel compañera, la viola de gamba, su voz se vuelve aún más susurrante, como si el sonido que genera el instrumento se apoderara de él. Y así explica su fascinación: “El sonido de la viola de gamba se puede entender si se escucha La pasión según San Juan, de Bach, en la que la viola de gamba toda la pieza, pero hay un solo momento en el que Bach la hace tocar sola y es cuando suena el aria Está todo terminado, cuando Jesús muere. Ahí se expresa toda la tristeza de toda la humanidad. Este es el secreto de la viola de gamba, que es un instrumento que nos habla con el lenguaje humano más que ningún otro. Incluso que el violonchelo, que tiene cuatro cuerdas muy tensas y que es más bien una especie de voz de tenor impostada. Con la viola de gamba a las cuerdas se les puede hacer susurrar, se les puede hacer hablar sobre nuestro origen”.

Sobre el secreto de la música y la interpretación, Savall también compartió su visión: Cuando vemos una partitura está llena de informaciones y cada músico las interpreta según sus conocimientos, según su talento, según su sensibilidad. Si agarramos la partitura de una obra de Bach y la ponemos en un ordenador (computadora) para que la interprete lo más perfecto posible, esa música, aunque sea literal lo que dice la partitura, no nos va a emocionar ¡nada!, porque lo que nos toca de la música, cualquier música, es lo que hay más allá de las notas. El ser humano, con su sensibilidad, con su conocimiento, con su visión y con todo lo que es el misterio de la creatividad, es capaz de entender y transmitir sentimientos con aquellas notas. Es cuando se da la conjunción que uno siente cuando interpreta y siente que está uno dentro, en casa y que la música se expresa.

Savall celebró la entrega de la medalla con un concierto en el Auditorio Nacional de Madrid, organizado por el Centro Nacional de Difusión Musical, con un bello programa barroco en el que incluyó danzas italianas del renacimiento veneciano y otras piezas de la música barroca de Alemania, España y Portugal.