Cultura
Ver día anteriorJueves 14 de enero de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La comunidad de la escuela de música sacra realiza guardias y recurre a la vía legal

El Instituto Cardenal Miranda, en zozobra ante posible desalojo

El director pide al cardenal Norberto Rivera que los dejen concluir el ciclo escolar en agosto

Foto
La comunidad resguarda los bienes patrimoniales de la escuela, considerada patrimonio histórico y musical. Es la única en el país que imparte canto gregorianoFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Jueves 14 de enero de 2016, p. 2

Hasta el cierre de esta edición, permanecía sin ejecutarse la orden de desalojo, con uso de la fuerza pública, contra el Instituto Cardenal Miranda Escuela de Música, emplazada para este miércoles 13 de enero por el juzgado 40 civil del Distrito Federal.

Sin embargo, el temor y la zozobra de que ese hecho se consume prevalecen entre los directivos y la comunidad académica y estudiantil de ese centro educativo fundado en 1940.

Aunque no se han suspendido las clases, se tomaron ya varias previsiones ante lo que consideran inminente.

Desde principios de diciembre pasado –cuando se giró una primera orden de desalojo, ante la cual se interpuso un amparo– maestros y el director de la institución, el musicólogo Juan Manuel Lara Cárdenas, mantienen una guardia permanente en la sede de la escuela, ubicada en la calle de Mariano Azuela 181, colonia Santa María la Ribera.

De igual manera, enfrentan la situación por vía legal, al tiempo que decidieron salvaguardar su biblioteca, considerada por especialistas patrimonio de excepcional valor en los aspectos histórico y musical, así como su acervo artístico e instrumental.

Para ello, trabajadores de la instancia educativa se han dedicado hasta la fecha al embalaje y resguardo de esos bienes patrimoniales. Tememos perder todo, señaló ayer el maestro Juan Manuel Lara, quien todavía el martes de esta semana se reunió con el vicario Guillermo Moreno Bravo, de la arquidiócesis primada de México, para tratar, de manera infructuosa, de arreglar la querella que pesa contra la escuela.

Maestros y alumnos tienen instrucciones de no oponer resistencia (ante el desalojo), agregó el también director de coro y organista, quien está al frente del instituto desde 2009.

Las clases siguen, se mantienen las guardias, incluyendo la noche. Tememos lo peor, porque ya sabemos de la consigna de los jueces. Aquí hay un asunto de corrupción entre autoridades eclesiásticas y civiles, añadió.

Truculento y corrupto

Lara envió este miércoles una carta pública al cardenal Norberto Rivera en la que le pide que se le permita concluir el actual periodo escolar, en agosto, para después desocupar la sede de la escuela.

“Parece imposible que el Instituto Cardenal Miranda pueda desarrollar legalmente sus funciones en su actual sede –situación que me parece injusta y alejada del derecho, puesto que cumple su misión educativa en la música, incluso sirviendo a la música sacra–, solicito le conceda a la Institución de Música Sacra de México por excelencia (Instituto Cardenal Miranda) permanecer en ese bien raíz por lo que resta del año escolar, comprometiéndome a que, independientemente de que no reconozco que la Asociación Patronal, Educativa y Cultural AC tenga derecho de propiedad sobre ese inmueble, desalojarlo a finales de agosto de este año”, escribió el musicólogo.

El origen de este problema tiene que ver con la propiedad del inmueble del Instituto Cardenal Miranda, el cual es ocupado por ese centro educativo desde 1996, a raíz de un acuerdo de voluntades entre Norberto Rivera y su entonces director, el presbítero Xavier González Tescucano, quien falleció en 2009.

Según Juan Manuel Lara, se trata de un asunto truculento y lleno de corrupción, pues, aunque quiere adjudicársela la Iglesia, la propiedad se encuentra en el limbo, debido a que la asociación civil a la que pertenecía feneció en 2002, 50 años después de su constitución, según marcaban sus estatutos.

Ese vacío legal ha sido aprovechado por dos asociaciones civiles, aunque ambas son fantasmas, debido a que los abogados del instituto presuntamente comprobaron que no aparecen en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio, destaca el docente, quien asegura tener documentos oficiales que lo avalan.

Una de esas asociaciones, la que se ostenta como propietaria, la Asociación Patronal Educativa y Cultural (Apeyc), explica, es encabezada por Guillermo Moreno Bravo, vicario de la arquidiócesis.

La otra asociación, representada por Dino Javier Núñez Robles y que se dice representante de la escuela de música, lleva por nombre Instituto Cardenal Miranda AC, si bien la original feneció al fallecer sus verdaderos y originales asociados, Xavier González Tescucano y Hermelinda Guadalupe Bueno Pérez, agrega.

Para Juan Manuel Lara es un claro ejemplo de ilegalidad y corrupción entre autoridades civiles y eclesiásticas que hasta la fecha no se haya seguido un juicio contra los que son los legítimos poseedores del inmueble, el Instituto Cardenal Miranda Escuela de Música y/o Institución Cultural Miranda, Música y Arte AC.

Señala de manera reiterada que la infraestructura del instituto no proviene del apoyo de la Iglesia, que nunca ha aportado dinero ni recursos para la escuela, sino principalmente de la gestión y las aportaciones del padre Xavier González, de sus generosos amigos personales y de muchos bienhechores.

Considera que la Iglesia, en particular la arquidiócesis primada de México, no tiene idea de lo que está en juego como bien cultural en caso de que desaparezca el instituto. Lo están tratando como si fuera una mercancía cualquiera.

Esta es una escuela de música sui generis en el país, la única donde se imparte canto gregoriano y latín. De ella han egresado notables figuras del arte sonoro cuyas carreras han trascendido al ámbito internacional, como los tenores Ramón Vargas y José Guadalupe Reyes, la mezzosoprano María Luisa Tamez y los directores de orquesta Juan Trigos y Rodrigo Macías.

La Jornada intentó localizar el vicario Guillermo Moreno Bravo para tener la versión de la arquidiócesis primada de México sobre este particular; sin embargo, en su oficina señalaron que no podía tomar la llamada, por lo que no hubo comunicación.