Ser considerado uno de los mejores saltadores del mundo es para Luis Rivera una motivación y esa frase prevalece más en su mente, con la mira puesta en Río de Janeiro, en pos de la marca de clasificación, tras superar un año de lesiones que lo dejaron fuera de las competencias internacionales importantes.

El especialista en salto de longitud no claudica en sus metas, luego de un 2015 que le dejó aprendizajes, experiencias dolorosas, alegrías, tristezas y frustraciones, para comenzar este año olímpico con madurez deportiva importante que me ayude a crecer como atleta, señala.

El sonorense analiza el plan que lo lleve a conseguir el registro (8.15) para clasificar a la justa brasileña de agosto próximo.

Estamos en buena etapa, dice vía telefónica desde Phoenix, Arizona, donde realiza un campamento en el Centro de Alto Rendimiento, luego de varios meses de rehabilitación, ultrasonidos, terapia y masajes por el desgarre que sufrió en la rodilla derecha, antes de los Juegos Panamericanos de Toronto, en julio pasado.

–¿Qué quiere Luis Rivera?

–Para 2016, mucha salud y no tener altibajos ni lesiones. Entrenar sin ninguna distracción, porque quiero estar en Juegos Olímpicos y ganar la medalla de oro.

–¿Ser de los mejores del mundo lo presiona?

–Más que presión ha sido motivación por el hecho de pelear al tú por tú. Cuando las cosas no se dan, hay el sentimiento de que no cumpliste contigo mismo, con el entrenador, la familia, porque siempre hay expectativas.

Uno qué más quisiera que estar ganando siempre y hay que entender que el deporte es así, afirma el saltador de 28 años.

Rivera espera que México logre resultados favorables en la cita veraniega y para eso considera que los deportistas no deben involucrarse en problemas de los directivos.