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Virgilio Gonzaga escribió el libro Tiempo funeral, motivado por la tragedia de Ayotzinapa

Clama autor por no olvidar el agravio contra los 43

Con poemas y relatos breves rinde homenaje a los estudiantes desaparecidos

Reflejan el dolor, el coraje, la impotencia, las amenazas, la represión y la persecución de que son víctimas los estudiantes de las normales rurales en México, expresa el también profesor a La Jornada

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Jamás pensé que esa práctica persecutoria y represiva del Estado se extralimitara, señala Virgilio Gonzaga Pérez, profesor, narrador, poeta, pintor y egresado de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, generación 1980-1984Foto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de enero de 2016, p. 2

Egresado de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, generación 1980-1984, el maestro, poeta, narrador y pintor Virgilio Gonzaga Pérez (Tlapehuala, Guerrero, 1964) escribió una serie de poemas y relatos breves motivado por los trágicos sucesos ocurridos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala: la desaparición de 43 estudiantes de esa institución educativa.

Con el título Tiempo funeral, los textos dan cuenta de la nostalgia del autor, al poder recorrer de nueva cuenta su alma máter, pero también reflejan el dolor, el coraje, la impotencia, las amenazas, la represión y la persecución de que son víctimas los estudiantes de las normales rurales en México.

Ese tipo de acciones represivas y persecutorias, dice Gonzaga Pérez a La Jornada, han sido una constante contra alumnos de las normales rurales, ejercidas por los gobiernos. “Sin embargo, jamás pensé que esa práctica del Estado se extralimitara.

Fue una conmoción. En muchas partes del mundo, organizaciones sociales y estudiantiles se unieron. Comenzaron las manifestaciones en repudio de ese hecho y en solidaridad con el movimiento de los padres y las madres de familia de los alumnos agraviados, para que aparecieran con vida los 43, así como para resarcir los daños de los heridos y asesinados en otro momento.

Más de 30 años de magisterio

Con más de 30 años de servicio en el magisterio, Gonzaga Pérez es integrante de la sección 18 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, en Morelia.

Como ex alumno de la normal de Ayotzinapa, relata que las manifestaciones y acciones de los estudiantes siempre han sido por reivindicar y exigir que se satisfagan las necesidades estructurales y económicas de las escuelas, de donde salen los futuros profesores que se requieren en los ámbitos campesino e indígena. “De ahí que las normales rurales sean importantes y vigentes.

“Esos estudiantes –afirma el autor– no piden otra cosa. No piden el cambio de régimen, sino que se resuelvan las necesidades prácticas inmediatas, como el incremento de la matrícula y las becas, así como el mejoramiento en los alimentos y los inmuebles.

“La cuestión es que siempre han tratado de desprestigiarlos diciendo que las normales rurales son un semillero de guerrilleros. No es así.

Los muchachos, cuando salen a las calles, es para exigir sus derechos y pedir cosas que necesitan. Lo que pasa es que desde hace años han querido desaparecer las normales rurales y más ahora con la reforma educativa.

El libro se divide en seis capítulos: Volver a ser, Tiempo funeral, Rostros murmurantes, Ideas para derrocar al señorío, Por nuestro amor a los ausentes y La injuria.

En el primero, Gonzaga expresa sus impresiones de su regreso, luego de mucho tiempo, a la Normal Rural de Ayotzinapa. Recuerdo lo que ahí viví y sentí. Mucha nostalgia y alegría, pero al mismo tiempo coraje, impotencia y dolor, debido a los trágicos hechos, expresa.

En el segundo, que da nombre al volumen, hago una descripción de la realidad que no sólo se vive en la Normal de Ayotzinapa, sino también en todas las demás escuelas que de 29 normales ahora son 16, disminución que comenzó a partir del régimen del presidente Gustavo Díaz Ordaz. El cierre más reciente fue el de la Escuela Normal Rural Luis Villarreal de El Mexe, Hidalgo.

En ese capítulo, destaca el autor, se intenta reflejar la atroz realidad que padece la mayoría de los mexicanos y la forma en que se ven amenazadas esas escuelas, ya que la reforma educativa que se trata de imponer (que es más bien una reforma laboral) afecta a toda la sociedad.

En el tercero, los textos se encuentran inspirados en los rostros de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos, así como de otros tres asesinados y dos más gravemente heridos.

El libro continúa con un apartado en el que el autor propone acciones de lucha concretas con la finalidad de transformar el sistema imperante en la sociedad por una forma de vida más digna.

Por nuentro amor a los ausentes

Por nuestro amor a los ausentes es un capítulo (el cuarto) que reivindica la necesidad de no olvidar el ultraje cometido en contra de los jóvenes de la normal rural de Ayotzinapa. Es un exhorto a no olvidar el agravio, la injuria, la ofensa, porque si olvidamos, corremos el riesgo de seguir padeciendo la persecución, la tortura, la desaparición.

El libro concluye con la narración literaria de una experiencia real de represión de la que fue víctima una comitiva estudiantil en 1980, cuando brindó apoyo a un grupo de compañeras de otra escuela normal rural.

Publicado por Juan Pablos Editor, con un texto de presentación de Luis Hernández Navarro, coordinador de Opinión de La Jornada; ilustraciones de Rafael Charco Portillo y Daniel Domínguez Michael, el monto económico que se recaude por la venta del libro será donado al movimiento de padres y madres de los estudiantes heridos, asesinados y desaparecidos de Ayotzinapa.

El libro Tiempo funeral, de Virgilio Gonzaga Pérez, se estima presentarlo en varios sitios y oportunidades; y uno será, a mediados de este mes, en Ayotzinapa, Guerrero.