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Identifica procurador michoacano al probable autor: Ignacio Andrade

Pugna por el mando criminal motivó el asesinato de Carlos Rosales, El Tísico
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de diciembre de 2015, p. 6

Morelia, Mich.

Ignacio Andrade Rentería, El Cenizo, es el presunto homicida de Carlos Rosales Mendoza, El Tísico, pues ambos buscaban el liderazgo criminal en Michoacán, informó José Martín Godoy Castro, titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

El funcionario declaró que El Tísico, ultimado el lunes, acudió el domingo por la noche, acompañado de tres personas, en las inmediaciones de La Cofradía y Úspero a una reunión de jefes delincuenciales, y ahí fue privado de la libertad y de la vida.

En la reunión, explicó, también estuvo presente Luis Antonio Torres, El Americano, y probablemente los hermanos Sierra Santana.

Esa zona de Tierra Caliente, donde colindan los municipios de Parácuaro y Tumbiscatío, ha estado bajo control del cártel de Los caballeros templarios.

Godoy Castro manifestó que, de acuerdo con las investigaciones, Rosales Mendoza había comentado que el domingo asistiría a una reunión en la región Tierra Caliente.

“A esa ‘cumbre’ fueron también otros personajes vinculados con el crimen organizado, entre ellos El Cenizo, quien tuvo un desencuentro con El Tísico, y al parecer por ello ordenó secuestrarlo y asesinarlo junto con Adrián Medina y Miguel Aguilera, originarios de Lázaro Cárdenas y Arteaga.

El procurador dijo que existe la posibilidad de que integrantes del cártel Jalisco nueva generación hayan participado en la junta de La Cofradía, como El Migueladas y El Quinientos, quienes también buscan hacerse de la hegemonía criminal en Michoacán.

José Martín Godoy declaró a un medio de comunicación que no sabía que Rosales Mendoza se dedicara a actividades ilícitas y sabían que tenía un restaurante y una tienda de ropa, como parte de su intención de reintegrarse a la sociedad.

Entre mediados de los años 90 y 2003, cuando fue detenido, Rosales Mendoza se movía entre la élite empresarial y política, pero aunque muchos sabían que era integrante de algún grupo delictivo, no comentaba nada abiertamente.