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Trabajadoras del instituto denuncian a un superior

Senadoras se comprometen a atender casos de acoso sexual en el INER
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de diciembre de 2015, p. 14

Seis mujeres profesionistas, cinco de quienes aún laboran en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), denunciaron en el Senado el clima de hostigamiento laboral, abusos, acoso sexual y violencia que han padecido por un superior.

Eryka del Carmen Urdapilleta, María Inés Vargas, Regina Fabiola Valdelamar, Adriana Gabriela Lara, Susana Abigail Guzmán y Mónica Méndez expusieron ante las presidentas de las comisiones de Gobernación, la senadora priísta Cristina Díaz, y de Derechos Humanos, la perredista Angélica de la Peña, una cronología de los hechos de que han padecido.

Destacaron que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos abrió una investigación por la queja que presentaron, y actualmente están a la espera de una recomendación del caso.

Las legisladoras, luego de escuchar el caso, que fue expuesto en público y por el canal del Congreso, manifestaron que trabajarán en un punto de acuerdo para llevarlo al pleno del Senado, para que se atienda también en el sector salud.

Ante senadores y víctimas de derechos humanos y del delito, las afectadas relataron: Fuimos agredidas en el ámbito de trabajo. Después de que levantamos la voz en el propio instituto, fuimos agredidas por el sistema.

Manifestaron que el señor que denunciamos por hostigamiento y acoso sigue cerca de nosotras. Continúa persiguiéndonos de manera física y emocional; a pesar de que decidimos vencer todos los estigmas, estamos temerosas por las represalias.

Eryka explicó ante los senadores: “El 18 de agosto de 2014 empezó todo. Entregué un documento al director general del INER que daba cuenta de los abusos cometidos en mi contra. No fui sola ante él; éramos varias las compañeras que padecían la misma situación.

El 22 de agosto entregamos otro documento; esta vez firmado por tres compañeras. Fue un escrito formal, una queja. Denunciamos conductas abusivas y violatorias del código de conducta y ética del instituto. Se nos dijo que era una situación conocida por todos (ahí mismo); ya muchas mujeres se habían quejado.

Ha pasado un año, apuntaron, y continúan en la lucha, en su demanda de justicia y sufriendo represalias.