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Pumas estuvo cerca de la hazaña y forzó los tiempos extras, pero cayó en penales

En vibrante duelo, Tigres se corona campeón del torneo Apertura 2015

El estadio de CU se convirtió en un manicomio con el empate global 4-4

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Una muestra de la disputada final que se vivió este domingo en el Estadio Olímpico UniversitarioFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de diciembre de 2015, p. a45

En un partido increíble, que hizo delirar y vibrar al estadio México 68, los Tigres de la UANL conquistaron el título del torneo Apertura 2015 en la tanda de penales tras el empate 4-4, que prevaleció tras 210 intensos minutos totales del dramático choque que culminó en favor de los regios por marcador global de 8-6.

Andre-Pierre Gignac encajó el primer tiro desde los 11 pasos; también acertaron Juninho, José Rivas e Israel Jiménez. Por Pumas sólo atinaron Ismael Sosa y Luis Fuentes, y falló Fidel Martínez. El portero Nahuel Guzmán detuvo el tiro de Javier Cortés.

Los Pumas saltaron a la cancha revolucionados, con garras y fauces amenazantes, pero con dos enemigos al frente: el orgulloso cuadro regio y el reloj, que comenzó su implacable recorrido. De inmediato, el equipo local se adueñó del balón y buscó con más desesperación que orden la meta defendida por Guzmán.

En el primer tiempo los de casa apenas realizaron un cabezazo flojo por conducto de Darío Verón, un tiro de Matías Britos a las manos de Nahuel, un disparo de Sosa y otros envíos aéreos, en busca de un remate que no llegaba.

Ricardo Ferretti era la viva imagen del nerviosismo, crispado al límite al ver a sus jugadores sin el balón. Los regios amenazaron esporádicamente, pero Pumas sorteó bien y pudo anular al galo Gignac.

Primero Luis Fuentes lo despojó con un genial punterazo, aplicó un sombrerito y lo desarmó, y después Marcelo Alatorre hizo una impecable barrida para quitarle la pelota al verdugo francés.

El equipo de la UNAM bajó el ritmo y cedió la posesión del balón a los norteños, que hilvanaron varios pases acompañados con el grito de olé de su escandalosa afición, que llegó en 40 autobuses y copó la cabecera sur. Eran unos 6 mil fanáticos de la barra Libres y Lokos.

En la agonía de la primera mitad, el incisivo Gignac –a quien vino a seguir la televisión francesa TV Canal Plus– quiso sorprender con un envío de larga distancia que pegó en la portería del Pikolín Alejandro Palacios.

Cuando la frustración se instalaba en los miles de aficionados auriazules, llegó el gol que alimentó la esperanza. Nahuel se confío, quiso rechazar con los pies ante la embestida de Britos, el balón quedó a la deriva y Eduardo Herrera llegó para incrustrarlo en la portería (45).

El estallido en las gradas fue de locura. Volaron vasos con todo y líquidos. El grito de gol fue un rugido, la catarsis en pleno. Guillermo Vázquez aplaudía frenético animando a los suyos.

El equipo de la UNAM mostró el mismo coraje y aplicación en el complemento. Al minuto 50 de acción, con gran resorte evitó el Pikolín lo que iba a ser un autogol de Britos. El técnico Vázquez echó toda la leña al fuego: sacó al contención Alejando Castro y metió a Fidel Martínez.

Britos convirtió el estadio en un manicomio al minuto 55. Tras un centro desde la izquierda, el uruguayo exhibió su gran resorte y superó a los anclados defensas norteños para asestar un martillazo y decretar el 2-0.

Pumas era una fiera en intensa lucha, con el corazón latiendo a tope. Las filas del equipo regio estaban hechas añicos, Verón se sumó una y otra vez al ataque. El Tuca quiso remendar su medio campo, sacó al perdido Rafael Sobis y metió a José Torres (61). Enseguida Jürgen Damm dejó su sitio a Antonio Briseño (68).

Los auriazules asfixiaban al desdibujado rival; al minuto 78 de acción Tuca sacó a Jesús Dueñas y metió a Egidio Arévalo. En tanto, el local Daniel Ludueña dejó su sitio al mediocampista Silvio Torales.

Las opciones del equipo de la UNAM parecían esfumarse. La afición, con el estómago encogido, veía de pie el duelo. El delirio cundió en las gradas con el 3-0 a la cuenta del recién ingresado Torales, quien en el salto rebasó a los rivales y encajó el tanto del empate global 3-3 que dio paso a los tiempos extras.

No todo era felicidad entre los auriazules, porque Eduardo Herrera fue expulsado al 90 por doble tarjeta amarilla. Varios jugadores de ambos equipos estaban fatigados. Gerardo Alcoba estaba al borde de los calambres.

En el primer tiempo extra el equipo de la UANL sacó fuerzas de flaqueza, fue mejor y lo reflejó al 104, cuando Gignac hizo una genialidad: de espaldas al marco se dio la vuelta y encajó la pelota en el poste derecho de Palacios.

Tigres sufrió la expulsión de Hugo Ayala (117) cuando el estadio entero ya entoncaba el infaltable Cómo no te voy a querer. La baja tuvo serias consecuencias, porque Alcoba aprovechó el último embate y casi a bocajarro remató para el 4-1 al 119, para el 4-4 global que condujo al desquiciado partido a la tanda de penales.