La muestra escultórica Espejismos, del artista Leonardo Nierman, que se exhibe a partir del este jueves en el atrio del templo de San Francisco, en el Centro Histórico, resume buena parte de sus búsquedas relacionadas con el movimiento, la armonía, la belleza, la música y la poesía.

En el arte yo renuncio totalmente a pensar, prefiero sentir que pensar, porque cada vez que he pensado he cometido grandes errores. Creo que el arte es una búsqueda de emociones, con la ilusión de que esta emoción la sienta también alguien que ve la obra, expresó Nierman, artista plástico que goza de amplio reconocimiento nacional e internacional.

El escultor, con su material preferido que es el acero inoxidable, creó 21 piezas que juntas forman la instalación Espejismos, cuyo título surgió del juego de espejos que representan, y mediante el cual el público apreciará la belleza del desorden, porque mucho orden le resulta un poco fastidioso al maestro.

Afirmó que le gusta usar el acero inoxidable porque en sus esculturas urbanas se pueden ver las luces de los autos, el color del cielo.

Es un material que ayuda muchísimo a buscar una emoción, precisó el artista que ha expuesto en múltiples museos y galerías de México y el mundo, incluyendo diversos espacios urbanos.

La exhibición escultórica de Leonardo Nierman es organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Fundación del Centro Histórico, como un reconocimiento por los 40 años de trayectoria del artista.

Durante la presentación de la muestra, que se realizó el jueves pasado en el Sanborns de los Azulejos, el escultor expresó que el arte es un juego y por eso le gusta el concepto en inglés to play music, to play piano, que significa tocar música, tocar el piano porque le agrada el concepto de juego, de alegría.

Creo que haber nacido es una celebración tan improbable que debe ser un festejo cada instante, y si somos recipientes de un milagro, el milagro de haber nacido se justifica que este se llene de alegría, añadió Nierman, a quien le gustaría donar en el futuro su obra, pero le desagrada la idea de realizar los trámites burocráticos en las dependencias.

Además reconoció que el pintar jamás ha sido un acto de trabajo, ya que le permite sumergirse en un mundo de colores, de fantasías y alegrías. Creo que ninguna obra está completa hasta que no encuentra alguien que la mira y sienta algo. Ojalá que la muestra les provoque una búsqueda de esa alegría que yo quiero compartir.

Las esculturas de Leonardo Nierman son como enormes pájaros porque valora la libertad que tienen las aves y exhortó a los hombres a luchar por la libertad y disfrutarla.

El curador de la muestra, Luis Rius Caso, indicó que en Nierman se pueden reconocer influencias de Kandinsky, Klee, Miró, Siqueiros, Pollock, pero a diferencia de muchos artistas, en él puede reconocerse además una originalidad temprana que fungió de piedra angular para sostener un desarrollo inconfundible, rigurosamente fiel a sí mismo.

“Su experiencia es paralela a la de varios exponentes de la llamada Generación de la Ruptura, pero a pesar de compartir ciertos principios y búsquedas con ellos –pienso en Lilia Carrillo, por ejemplo–, su camino es independiente”, señaló Rius Caso.

De acuerdo con el historiador de arte, la obra del escultor mexicano sigue un patrón en espiral y las piezas son sumamente gráciles, elegantes y dinámicas. Concebidas a partir de un criterio diametralmente opuesto al de la escultura en bulto, las invade el espacio tanto al exterior como al interior, por medio de oquedades y diferentes soluciones formales estilizadas.

Enfatizó que Leonardo Nierman no es un artista que sufra o que se enfrente al arte como se enfrentaban algunos románticos, porque para el escultor cada creación es una celebración de la vida y del arte.

Espejismos –formada por 21 piezas alusivas a flamas y aves que siguen en su mayoría formas sinuosas y curvas– se exhibirá hasta el 28 de febrero de 2016 en el atrio del templo de San Francisco, ubicade en la calle de Madero, en el Centro Histórico del Distrito Federal).