Cultura
Ver día anteriorJueves 26 de noviembre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Reúne antología el trabajo de 50 fotógrafos con imágenes icónicas y otras poco difundidas

Esbozan un retrato complejo e histórico de la ciudad de México
Foto
Lupe Serrano, al fondo la Torre Latinoamericana y la cúpula del Palacio de Bellas Artes, trabajo de Enrique Bordes Mangel (1922-2008) incluido en el libro Un lugar común: 50 fotógrafos y la ciudad de México, coeditado por el sello Hacerse de Palabras y la Secretaría de Cultura del Gobierno del DF
 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de noviembre de 2015, p. 4

Una antología de imágenes captadas a principios del siglo XX y la primera década del XXI por medio centenar de fotógrafos mexicanos y extranjeros, algunas consideradas clásicas e icónicas y otras muy poco difundidas, integran un libro.

Se trata de Un lugar común: 50 fotógrafos y la ciudad de México, primer título que publica el sello Hacerse de Palabras, en coedición con la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal (GDF), el cual fue presentado la noche del martes en el Museo de la Ciudad de México.

Reúne trabajos de reconocidos artistas y fotoperiodistas de varias generaciones que han captado la capital mexicana.

Entre ellos figuran Manuel Álvarez Bravo, Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, Pedro Meyer, Pedro Valtierra, Archivo Casasola, Rodrigo Moya, Edward Weston, Enrique Metinides, Tina Modotti, Graciela Iturbide y Nacho López.

Durante ese acto, Eduardo Vázquez, titular de esa dependencia, dijo que se trata de una antología que reúne diferentes momentos y diversas miradas que en conjunto construyen un retrato complejo e histórico de la ciudad.

El libro, agregó el funcionario, en referencia al título, recupera el sentido original de la noción de lugar común, entendido éste como el cuaderno de una persona donde están escritas grandes frases o pensamientos, de manera que con el tiempo se convierte en bitácora de su vida intelectual. A esos cuadernos se les llamaba lugar común.

El lugar común también se puede definir como el espacio de la ciudad que habitamos, continuó el funcionario.

Diversidad de atisbos

Eduardo Vázquez expresó que en el libro se aprecian diversos atisbos de la ciudad como sujeto o motivo, es decir, la mirada que documenta, la del realismo social, la mirada surrealista y la mirada crítica y sociológica.

Entre las fotografías seleccionadas están las que captan la inauguración de la Columna de la Independencia, el 16 de septiembre de 1910; el Monumento a Cuitláhuac sobre Paseo de la Reforma, en 1905; las tropas leales al presidente Francisco I. Madero resguardando Palacio Nacional después del asalto encabezado por los generales Bernardo Reyes, Félix Díaz y Manuel Mondragón, en 1913, así como la euforia popular por la renuncia de Porfirio Díaz.

También se incluye el reconocido fotomontaje de Tina Modotti titulado La elegancia y la pobreza; Los ángeles en camión, de Manuel Álvarez Bravo; las prostitutas de la calle Cuauhtemoctzin, de Henri Cartier-Bresson; las también icónicas imágenes Entre el progreso y el desarrollo y Tláloc, de Héctor García, así como la imagen de una persona disfrazada de la muerte, con hacha al hombro, saliendo de la estación Zócalo del Metro, de Francisco Mata.

Aunque el libro registra fotografías hasta la primera década del siglo XXI, no integra imágenes que han sido recurrentes en los recientes años de la vida capitalina, como las manifestaciones o los vendedores ambulantes.

Con prólogo de Fabrizio Mejía Madrid y breves semblanzas de los fotógrafos a cargo de Carmina Estrada, la noche de la presentación los fotógrafos Yolanda Andrade, Lourdes Grobet, Rodrigo Moya, Ernesto Ramírez, Pedro Valtierra y Adam Wiseman hablaron, entre otras cuestiones, de su relación personal con la urbe y sobre la ausencia de fotografías de vida cotidiana en los diarios, así como de la crónica y el reportaje fotográficos, ya que dijeron, lo que más aparece en los medios impresos son las fotografías de los políticos.

Al respecto, Rodrigo Moya consideró que la fotografía como búsqueda de las emociones humanas y el entorno, de eso que denominan vida cotidiana, está muy maltratada y marginada actualmente.