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Sus ingresos, devaluados en 3 sexenios, afirman; debemos pagar medicinas, transporte, agua... luz

Sobreviven 1.4 millones de jubilados en el país con pensiones raquíticas del IMSS
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Un grupo de jubilados y pensionados se reúne todos los días en el local del sindicato ferrocarrilero en la avenida Allende, en Veracruz, para jugar cartas o dominó y apostar pequeñas cantidades de dineroFoto Luz María Rivera
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 15 de noviembre de 2015, p. 33

Veracruz, Ver.

Un millón 407 mil 22 ex trabajadores del país deben sobrevivir con las pensiones que reciben del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de mil 200 o 2 mil 400 pesos al mes, aunque hay algunos afortunados que ganan 3 mil 600, pero no reciben ninguna otra ayuda social de programas federales, estatales o municipales.

Refiere lo anterior Miguel Ángel Matiano Martínez, conocido en esta ciudad y su zona conurbada por encabezar la lucha por mejoras sociales para quienes alguna vez fueron la fuerza productiva del país. También es presidente nacional del Movimiento Constitucional de Pensionados y Viudas Pobres de México, asociación civil registrada desde 2009, la cual aglutina jubilados y pensionados que pretende reivindicar el sentir de estos ex trabajadores.

En días pasados, cuatro integrantes del movimiento, Luis Pérez Barranco, por Tlaxcala; Horacio García Orta, por la ciudad de México; Enrique Arista Vidaurreta, por el estado de México, y Jesús Vázquez Trejo, por Veracruz, acudieron a la capital del país a plantear ante Araceli Damián González, presidenta de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados federal, que ayude a mejorar nuestras raquíticas pensiones.

Pedimos, dijo, la restauración de nuestro poder adquisitivo, de 20 y 60 pesos diarios, pues fuimos perjudicados por las devaluaciones durante los gobiernos panistas de Vicente Fox y de Felipe Calderón, y lo que va del priísta Enrique Peña Nieto, “que es de un 60 por ciento.

Eso es lo que perdimos. Cuando me dieron la pensión de mil 500 pesos me alcanzaba para muchas cosas. Hoy no. Antes un bolillo costaba 65 centavos, hoy cuesta dos pesos.

Panorama desalentador

Para estos jubilados y pensionados la vida en Veracruz es cara: el transporte público cobra 9 pesos por viaje y a ellos no les quieren hacer efectivo el descuento de 2 pesos, por lo que todos los días el panorama en los paradores es de adultos mayores ven pasar, desesperados, las horas, porque los microbuseros no los quieren llevar, para no aplicarles la tarifa de descuento. En los taxis, la corrida mínima es de 30 pesos y la más cara hasta de 260 pesos, en trayectos de menos de media hora.

La luz, el agua y el gas se añade a la lista de gastos. Los me- dicamentos extras para sus padecimientos de diabetes e hipertensión no los pueden cubrir más que con genéricos y pastillas naturistas, aunque a la mayoría el IMSS nos atiende y nos da medicamentos.

El privilegio de ferrocarrileros

Sentado en la sala de su pequeña vivienda de Infonavit, en el norponiente de esta ciudad, Miguel Ángel explica que la situación en Veracruz de pensionados y viudas pobres dista mucho, por ejemplo, de la que viven los jubilados de la extinta Ferrocarriles Nacionales de México (Ferronales). Reciben dos pensiones, una por la empresa y otra por el IMSS, nunca van a hablar mal de Víctor Flores (dirigente de los trabajadores de ese gremio)

En el enorme edificio del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, afiliados a la Confederación de Trabajadores de México, en efecto, parece que no tienen problemas de dinero: hombres jóvenes y de mediana edad con lentes oscuros bajan de automóviles particulares llevando pollos rostizados y refrescos “para los compañeros…”

Todos se niegan a informar si ha ido o se encuentra Víctor Flores, señalado de modo reiterado por utilizar en su beneficio el dinero de fideicomisos y de cuotas sindicales. Nadie lo ha visto, dicen. Y en un local contiguo al del sindicato sobre la avenida Allende, un grupo de jubilados y pensionados juega baraja y dominó. Todos los días se reúnen para apostar pequeñas cantidades. Los refrescos y los cigarros les salen gratis.

Estos pensionados aseguran que los ferrocarrileros pueden recibir de pensión hasta 18 mil o 22 mil pesos al mes, más la jubilación del IMSS que llega de 8 mil a 12 mil pesos. “Por eso, al menos los de Veracruz, jamás le van a reclamar al ‘rata’ porque los dejó bien”, dice un hombre de 81 años que, asegura, en su juventud fue maquinista en troncales de Tabasco y Oaxaca y hoy recibe pensión de 2 mil 200 pesos.

Interrogados sobre si conocen la reciente disposición de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que emitió una orden para que Víctor Flores devuelva el dinero del fideicomiso Ferronales Jub, ninguno de los que jugaban las fichas de dominó se dio por enterado. Ya estoy medio sordo, dice en tono de guasa uno, al que señalan como el líder de los viejos. El hombre se para y no responde ni cómo se llama. Los demás revuelven las fichas.

Estamos bien, ningún dinero es suficiente pero ahí la llevamos, dice otro, mientras otro se interesa por la resolución de la Corte pero asegura que él tiene demandado a título personal, al IMSS porque sólo me da mil 700 pesos mensuales.