La homosexualidad de Jesús era tolerable para su madre. Pero volverme una chica, eso ya no. Le daba pena que nos vieran juntas, cuenta en entrevista la rubia mujer que a los 18 años abandonó su casa porque se sintió rechazada por los suyos. La escuela, los sitios públicos y la familia son los lugares donde más se discrimina por la orientación sexual o la identidad de género, según un estudio realizado este año por especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En la investigación las mujeres transgénero reportaron el mayor porcentaje de exclusión: 76.52. También tuvieron los niveles más bajos de escolaridad y el mayor consumo de alcohol y drogas, de acuerdo con el Diagnóstico situacional de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, travestis, transexuales, intersexuales y queers, elaborado también por la organización Inspira.

Cuando te arrojan a la calle lo que ahí encuentras es eso: drogadicción, alcoholismo y prostitución. No importa tu identidad u orientación sexual, refiere Selene Yatziri, como ahora se llama. Cuando salió de su casa, relata, luego de haber terminado el bachillerato, necesitaba dinero para subsistir, así que dejó sus estudios y buscó trabajo en restaurantes, hasta que aprendió el oficio de estilista.

Mientras los homosexuales encuestados fueron el grupo con mayor nivel académico, pues 74 por ciento de ellos tenían licenciatura o posgrado, 41 por ciento de las trans dijeron haber estudiado una licenciatura, por lo que al resto se le dificulta obtener un empleo mejor remunerado.

Las tareas que nos tienen destinadas son de limpieza o de hacer mandados. Pero eso no ocurre con los gays, que tienen más oportunidades de estudiar y conseguir buenos trabajos. La explicación que ha encontrado Selene es que ellos continúan con apariencia de hombre, pero nosotras modificamos nuestro cuerpo y eso nos limita.

El diagnóstico evidencia que la violencia física hacia la población LGBT se ejerce cada vez con menos frecuencia, pero las agresiones sicológicas o simbólicas han cobrado fuerza. Una quinta parte de quienes respondieron el estudio señalaron que no pueden hablar abiertamente de su orientación sexual o les han pedido que cambien su identidad de género.