El saneamiento del relleno sanitario Bordo Poniente podría tardar hasta 20 años, aseguró el rector de la Universidad Autónoma Chapingo, José Sergio Barrales Domínguez, quien añadió que durante 25 años se generaron más de 70 millones de toneladas de basura.

No falta quien diga que se puede lograr en cuatro o cinco años poniendo algunos químicos para modificar el Ph, pero no, en realidad la naturaleza tiene sus propios ritmos. Además, todo lo que se está descomponiendo en la zona se irá a los mantos freáticos (nivel por el que discurre el agua en el subsuelo), alertó.

Señaló que el olor fétido que despide el depósito se percibe hasta esa casa de estudios, aunque con menor intensidad. El hedor sí es perceptible en el recorrido de aproximadamente 10 kilómetros de la ciudad a Texcoco. “La pestilencia es insoportable. Son gases que pueden perjudicar la salud de los habitantes.

Nosotros, desde la Universidad Autónoma Chapingo, hemos trabajado con administraciones pasadas del Gobierno del Distrito Federal en el diseño de maquinaria para triturar materia orgánica y luego hacerla composta.

Sin embargo, dijo, hace falta trabajar para captar los gases que se acumulan y reutilizarlos en la industria o en el hogar. Si los captamos y refinamos en depósitos cerrados se lograría eliminar el olor, pero de momento lo están respirando las personas. Tendríamos que ver cómo procesan la basura los municipios.

En lugar de que los ayuntamientos dejen millones de toneladas de residuos en un solo punto, aseveró, cada comunidad debería ser responsable de procesar sus desechos. “Es decir, en los pequeños borditos cada sociedad podría manejar técnicamente la descomposición mucho más rápido, pero tiene que ser en ambientes cerrados.

Si seguimos dejando que los lixiviados (líquidos producto de la descomposición de la basura) se vayan por el subsuelo, al rato no nos quejemos de recibir agua contaminada. Agregó que en México las personas aún no tienen una cultura de reciclaje, pues tiran todo su cochinero en un solo punto.