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ONU: mujeres que huyen de la violencia, crisis inminente
 
Periódico La Jornada
Miércoles 4 de noviembre de 2015, p. 7

Mientras la atención mediática está puesta en la crisis de refugiados en Europa, otra se desarrolla en América: decenas de miles de mujeres, que viajan solas o con sus hijos, huyen de la ola de violencia en México, El Salvador, Honduras y Guatemala. Desde 2008 las peticiones de asilo a Estados Unidos de migrantes provenientes de esos países se han incrementado 13 veces.

El informe Mujeres en fuga, elaborado por la Agencia de la Organización de Naciones Unidaa para los Refugiados (Acnur), advierte sobre una crisis inminente en la región y una persecución selectiva de organizaciones criminales en contra, sobre todo, de madres y mujeres transgénero.

En agosto pasado integrantes de Acnur entrevistaron a 160 mujeres que llegaron a Estados Unidos desde octubre de 2013. De ellas, 37 son mexicanas, 63 son originarias de El Salvador, 30 de Guatemala y 30 de Honduras.

En 2014 el mayor número de peticiones de refugio fue de mexicanos.

El caso de las mexicanas

Las mexicanas, detalla, han huido de zonas bajo el control de integrantes de organizaciones criminales internacionales, que las han amenazado o violado. Además, han sido víctimas de violencia doméstica.

Asesinatos, desapariciones, violaciones y reclutamiento de niños son algunos de los horrores por los que se ven forzadas a dejar sus hogares. Sin la protección de las autoridades de sus países, no tienen más opción que correr por sus vidas. Sin embargo, en el camino para buscar una mejor vida, enfrentan de nuevo esos peligros. Después de pagar sumas exorbitantes a coyotes (traficantes de personas), muchas son golpeadas, violadas y asesinadas, señala el documento.

El informe indica que 85 por ciento de todas las entrevistadas describieron que su vida transcurría en barrios controlados por grupos criminales armados. Todas las que reportaron ataques, agresiones sexuales, violaciones o amenazas de la policía dijeron que la atención de las autoridades fue ineficaz o nula; algunas refirieron que estaban coludidas con los criminales.

La principal razón por la que 65 por ciento de ellas dejaron su país fue por haber sido amenazadas o asaltadas por organizaciones delincuenciales. Si querían vivir en sus comunidades o ir a trabajar, tenían que pagarles una cuota. Narraron que la presencia de esos grupos alteró profundamente su vida diaria. Cada vez más se fueron atrincherando en sus casas, junto con sus hijos, sin poder llevarlos a la escuela.