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La Uia abrirá una exposición de Carlos Cisneros

Mostrará fotorreportero obra que desarrolló en La Jornada

Aunque se ha vuelto un poco peligrosa, la ciudad de México ofrece una cotidianidad que no deja de ser un paraíso atractivo, expresa

 
Periódico La Jornada
Martes 3 de noviembre de 2015, p. 6

El tiempo enseñó a correr a Carlos Cisneros (DF, 1953), quien de joven aficionado a la fotografía se convirtió en fotorreportero de La Jornada.

Desde muy chico me movía en el centro de la ciudad de México, hasta que un día encontré por allí una pequeña cámara Instamatic. Al ir por las calles tomaba fotos de prácticamente todo lo que veía, afirma.

El Centro Histórico es un edén para los fotógrafos y, aunque ahora se ha vuelto un poco peligroso, no deja de ser un pa-raíso atractivo. En el quehacer cotidiano de tomar fotos, observaba que a su alrededor había otros fotógrafos y fotógrafas que retrataban los mismos actos, pero salían corriendo. No entendía, pensaba, ¿adónde iban? Pues a dejar el material a sus medios. Con el paso del tiempo aprendí a correr también.

En 2013, después de casi 24 años de ser reportero gráfico, Cisneros dejó de correr y se jubiló aunque sigue impartiendo clases en la Universidad Iberoamericana (Uia), como desde hace 33 años.

Adscrito actualmente al departamento de difusión cultural, con apoyo de su coordinador Martín Torres y la autorización de Carmen Lira, directora general de La Jornada, Cisneros presentará a partir del jueves 5 una visión de su quehacer en este diario, sintetizada en medio centenar de imágenes que serán expuestas en la Galería Universitaria de la Uia.

Caminar por la urbe

Carlos Cisneros estudió sicología social; sin embargo, se dedicó a la docencia. Su encuentro con el periodismo fue debido a un accidente. Era 1989; iba rumbo a su trabajo de entonces a las 6:30 horas cuando se topó con un helicóptero caído en el sur de la ciudad de México. Los pasajeros habían sido rescatados de otro percance, de manera que tuvieron dos accidentes casi mortales en media hora.

Tomadas las fotos se fue a su clase, pero al terminar se dijo: ¿qué hago con este rollo? Decidió llevarlo a La Jornada, periódico que leía, cuyas instalaciones se ubicaban entonces en la avenida Balderas. Allí lo atendió la entonces jefa de fotografía, Frida Hartz, a quien le dio mucho gusto, porque no tenían ese material. Al día siguiente fue una sorpresa agradable ver su foto publicada en la contraportada.

Foto
de Carlos Cisneros en la que captó la saramagia, durante una de las visitas de José Saramago, escritor portugués y premio Nobel de Literatura, a la ciudad de México, incluido en la exposición montada en la Galería Universitaria de la Uia, que será inaugurada este jueves

Durante los dos años siguientes el entrevistado, en su calidad de hombre caminante, realizó algunas órdenes más, hasta que en 1991 vio publicada una convocatoria que invitaba a dos fotógrafos a trabajar durante tres meses. Concursó, fue elegido, hizo una serie de pruebas y le dieron su base.

Para entonces había tomado algunos cursos de fotografía, aunque al ingresar al diario no era el más capaz de mis compañeros fotógrafos, que eran muy hábiles y muy buenos. Fue una enorme responsabilidad ponerme a trabajar junto a ellos.

Aunque Cisneros cubría de todo, por circunstancias asistía a muchos actos culturales. Como durante una década impartió las materias de sicología del mexicano y sicología del arte, reconoce que el tema de la vida cotidiana de la ciudad es fascinante, así como el de policía es apasionante.

El trabajo de fotorreportero, opina, es excitante, aunque más bien lo considera una aventura, una emoción. Digo que es creación bajo presión, presión del tiempo, de la hora de cierre de la edición, pero también del entorno, que no siempre es amable; del clima, de la soledad y del peligro. Ya no puede uno vivir sin esto. Finalmente, produce adrenalina que es adictiva.

Luego de retirarse Cisneros encontró muy difícil dejar de lado ese ritmo de vida, de manera que se sobresaturó de otros trabajos.

“Corría igual o peor. Sin embargo, insisto, no eran trabajos, simplemente la maravillosa actividad de la docencia. Un día me dije: ‘no me retiré para estar más presionado, sino para tomarlo con un poco más de calma’. Me ha llevado casi dos años bajarle el ritmo. Ahora estoy mucho más tranquilo al hacer fotografía de escalada en roca, de buceo y de cañonismo, actividades que practiqué de joven. Ahora que he regresado, traigo una cámara fotográfica”.

Carlos Cisneros: fotoperiodista, exposición que será inaugurada el jueves 5, a las 19 horas, en la Galería Universitaria de la Uia, concluirá el 30 de noviembre. La dirección es Prolongación Paseo de la Reforma 890, Lomas de Santa Fe.