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Bajo la lupa

No habrá tercera guerra mundial: cooperación de Obama y Putin contra el yihadismo global

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Llegada de emigrantes, principalmente sirios y afganos, a las costas de la isla de Lesbos, en Grecia, el 18 de septiembre pasadoFoto Ap
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as dos últimas semanas de septiembre quizá se hayan alejado de una tercera guerra mundial nuclear cuando las visitas del papa Francisco, el mandarín Xi Jinping y el presidente Putin a Estados Unidos (EU) y a la ONU –sin perder de vista el relevante periplo del premier indio Narendra Modi– han optado por una sana negociación de sus complejos contenciosos.

Thierry Meyssan –presidente de Red Voltaire y único periodista occidental en Damasco– fue el primero en el mundo en anunciar el 24 de agosto pasado “la mayor implicación del ejército ruso en Siria (http://goo.gl/2aRN7J)”, lo cual fue retomado siete días después por el portal israelí YNet (http://goo.gl/UjtWLd) sin conceder su merecido crédito al portal galo, como consta: Un cambio muy profundo y significativo acaba de producirse en el Levante: el ejército ruso está comenzando a implicarse contra el terrorismo en Siria.

A juicio de Meyssan –con quien, por cierto, me encontré 10 días más tarde en el hotel Sheraton de Damasco (http://goo.gl/akByCD) para intercambiar información regional– considera que después de haber negociado con Arabia Saudita, Siria y Turquía el establecimiento de una alianza regional contra el Emirato Islámico, Rusia se ve ahora obligada a cambiar de estrategia ante el brusco viraje turco.

Cuando dialogué con Meyssan no le presté atención suficiente a su diatriba contra el polémico general (retirado) John Allen, quien días más tarde fue despedido por Obama de su tramposo combate contra el yihadismo islámico al que, de hecho, había cobijado bajo la mesa (http://goo.gl/myhjZr).

Obama ha purgado literalmente a docenas de militares de alto rango (http://goo.gl/v5BGQr). What is going on?

Una hipótesis de Meyssan radica en que la conjunta cábala bélica del Pentágono y el Departamento de Estado –los generales Petraeus y Allen con el pugnaz senador John MacCain y el perverso diplomático israelí-estadunidense Jeffrey Feltman– busca(ba) sabotear el acuerdo de paz entre EU e Irán (http://goo.gl/LVQP2W), que ha sacudido las placas tectónicas de la geopolítica en el gran Medio Oriente y cuya fractura principal es Siria.

Por lo menos la tercera guerra mundial nuclear no ocurrirá by the time being (http://goo.gl/J690R7).

A juicio de Meyssan, el nuevo mandamás del Pentágono, Ashton Carter (http://goo.gl/9hZW9M), regresa a los juegos geopolíticos al estilo Kissinger, lo cual dejaría de lado la confrontación de EU contra Rusia y China al estilo Brzezinski mediante los montajes hollywoodenses de revoluciones democráticas (sic) y sus anárquicos cambios de régimen.

El artículo de Meyssan fue precursor y aportó la exclusiva de la coordinación entre Moscú y Washington que acordaron el retiro de los misiles Patriot desplegados en Turquía, lo cual aniquilaba la zona de exclusión aérea de la OTAN en las fronteras de Turquía con Siria y adelantó la operación conjunta de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) días más tarde en Duchanbé, capital de Tayikistán, lo cual sucedió puntualmente, donde comenta que “contrariamente a una creencia generalizada, el objetivo de ese despliegue militar no sería tanto defender Irak y la República Árabe Siria, sino defender los estados miembros de la propia OTSC (http://goo.gl/LocUL0)”. ¡Información privilegiada!

El periodista francés –de respetable origen judío (whatever that means) sefardita y feroz antisionista– asentó también los límites de la cooperación entre el Kremlin y la Casa Blanca cuando Rusia quiere acabar con los yihadistas antes de que se vuelvan contra ella, mientras EU espera utilizar a algunos de ellos en otros conflictos, como ya lo hizo en Afganistán, en Bosnia-Herzegovina, en Chechenia y en Kosovo.

Juzga que en este momento, elementos del Emirato Islámico han llegado a la región de Kherson, en Ucrania, donde ya se encuentra un llamado gobierno de Crimea en el exilio. Un grave peligro de la contaminacion yihadista es su conexión con los neonazis de Ucrania.

Meyssan no deglute tanta cooperación celestial entre Obama y Putin: Es evidente que, del lado estadunidense, la retirada de los misiles Patriot es una trampa. A Washington le gustaría que Rusia redujera la cantidad de yihadistas, pero también le encantaría verla empantanarse en Siria. Es por eso que el oso ruso avanza con mucha prudencia.

Después de la cumbre entre Obama y Putin en la ONU, Meyssan hace un llamado para apoyar la nueva coalición del presidente Putin: Al respaldar a la Hermandad Musulmana hemos abierto las puertas del infierno. Ayudemos a los sirios y los iraquíes a volver a cerrarlas. Unámonos al llamado del presidente Putin (http://goo.gl/9CNLbW).

Meyssan aduce que el conflicto que enluta a Siria no es una guerra civil entre comunidades, sino una guerra entre dos proyectos de sociedad.

Rememora que “el general estadunidense David Petraeus, en contra de la opinión de la Casa Blanca, respaldó la ‘primavera árabe’”, pero luego en 2012, la Casa Blanca, ya irritada (sic), exigió la abdicación del emir de Qatar y se deshizo del general Petraeus.

Comenta que “ante la ininterrumpida oleada de yihadistas provenientes del mundo entero, e incluso de nuestros propios países (léase: “Occidente (whatever that means), los sirios han optado por salvar al pueblo antes que defender su tierra. Hasta este momento (…) 4 millones de sirios se han refugiado en los países vecinos, mientras 8 millones han encontrado protección en los territorios controlados y administrados por la República Árabe Siria. De los 19 millones de habitantes que se mantienen en Siria, cerca de 500 mil se hallan bajo el yugo de los yihadistas, repartidos en un inmenso territorio”. Ni más ni menos que la fuente de la trágica migración masiva a Europa…

Se calcula que existen 30 mil yihadistas foráneos que han llegado a Irak y Siria y pronto regresarán a desestabilizar a Rusia en el Cáucaso y a China en la provincia islámica de Xinjiang.

Meyssan juzga que “seguimos dejándonos engañar por la propaganda de guerra de nuestros aliados (sic), como la que proviene del llamado ‘Observatorio Sirio de los Derechos Humanos’, una pantalla londinense de la Hermandad Musulmana, o del ‘Consejo Nacional’, asamblea no electa y controlada por los miembros de la cofradía”. ¡Uf!

El premier israelí Bibi Netanyahu ha entendido las nuevas coordenadas en Siria y salió disparado a entrevistarse con el zar Putin (http://goo.gl/VRqVxL).

Hasta The Financial Times, portavoz del neoliberalismo bélicista/financierista global asimila que, pese a haber intercambiado acusaciones mutuas ante la ONU, los presidentes Obama y Putin acordaron colaborar en la medida de lo posible para concluir la guerra en Siria (http://goo.gl/UTmY3z) y así yugular la pandemia yihadista en el gran Medio Oriente que ha desestabilizado a Europa.

A ver cómo se acomodan las cuatro grandes potencias regionales islámicas a la nueva realidad: Irán, Turquía, Arabia Saudita y Egipto.

Por lo pronto, un portaviones chino se ha estacionado en el puerto sirio de Tartus para apoyar a Rusia e Irán, según Debka, presunto portal del Mossad (http://goo.gl/s72n73).

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