La emoción embargó a Paola Espinosa y sus ojos brillaron intensamente al verse en cada fotografía que significó un momento importante de su vida.

La exposición de un centenar de imágenes, desde sus inicios y su larga trayectoria en el deporte, han marcado a la mejor clavadista de México de toda la historia en la rama femenil que ha vivido triunfos y derrotas.

Ver las fotos me llena de recuerdos, cada una tiene su historia. Son más de 20 años en el deporte y me llenan de emoción, dijo sonriente tras ser homenajeada con el premio Grandes Valores por mérito deportivo, en una plaza comercial ubicada por Zacatenco.

Con su buen gusto en el vestir, Espinosa realizó el recorrido acompañada de su mamá, Josefina Sánchez, y su abuelita Irma Dávila, porque “los valores que te inculca la familia y el deporte me enseñaron a ser una gran persona.

Tengo dos medallas olímpicas y una mundial, y nadie me ha regalado nada, afirmó la bajacaliforniana, quien atesora esos tres momentos que la llevaron al podio en Pekín 2008, Roma 2009 y Londres 2012, que están impresos fotográficamente en la exhibición que disfrutó el público al escuchar las vivencias de la deportista de carne y hueso en un video.

De lo que serán sus cuartos Juegos Olímpicos, en Río de Janeiro 2016, insistió en que trabaja en eso y ahora con la tranquilidad de que Alejandra Orozco entrenará con ella.

Señaló que hay más posibilidades de repetir otra medalla olímpica en la justa brasileña, lo cual me hizo regresar con mucha ilusión, luego de sufrir altibajos y lesiones, porque para ganar no hay otra fórmula que esfuerzo, dedicación, disciplina y trabajo.